Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO, MX.- La Administración de Andrés Manuel López Obrador necesita realizar cambios en la política fiscal y económica para limitar el periodo de recesión y evitar que éste se extienda, aseguraron especialistas.
El jueves pasado, Bank of América advirtió que la economía mexicana está por entrar en recesión técnica, pues, según sus pronósticos, alcanzará dos trimestres consecutivos de decrecimiento.
El Gobierno puede acortar el periodo de recuperación de la economía si acelera el gasto público y si incrementa la inversión y gasto corriente, afirmó Carlos Moreno-Brid, especialista de la UNAM en crecimiento económico.
“Si siguen con la misma política macro de contención fiscal será más difícil recuperar el crecimiento. Urge una reforma fiscal que robustezca ingresos de manera progresiva y permita una mayor inversión, ojalá en proyectos que potencien el crecimiento sustentable”, recomendó.
Para revertir la tendencia de decrecimiento experimentada desde mediados de 2017, se requiere un plan de crecimiento a largo plazo, afirmó Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Un motor de crecimiento sin duda es la inversión pública, pero es necesario determinar qué inversión pública y definir una estrategia que cambie el camino que se está trazando, explicó.
El Gobierno, dijo Delajara, debe decidir si continúa con sus proyectos de inversión como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, Santa Lucía o el corredor Transístmico o comienza a invertir en capital humano e innovación bienes públicos que ayuden a las empresas a crecer más.
Además, debe seguir buscando que se mantenga el libre comercio en América del Norte, ya que gran parte de la caída en el crecimiento de México se debe a la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) y a la política proteccionista de Donald Trump, subrayó.
De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), el Gobierno debe aplicar una nueva política industrial e implementar un sistema educativo de alta calidad que permita crecer a partir del mercado interno y generar innovación.
Hasta el momento, los sectores más afectados por la desaceleración son el sector de la construcción, minería, química, siderúrgica, textil, vestido, cuero y calzado, comentó José Luis de la Cruz, director general del IDIC.
La menor actividad económica significa que hay menos dinero en manos de los consumidores, lo que implica menores compras en otros sectores y eso agrava la situación económica.
Para revertir la tendencia es necesaria gran inversión pública y privada. Esto puede ser impulsado con la creación de una Banca de Desarrollo Industrial, el combate a la ilegalidad y el aumento del contenido nacional las manufacturas. (Agencia Reforma)