Como los versos recurrentes de los viejos boleros, las ofertas de William Conrado y Mara Lezama fueron peor que promesas incumplidas.

El joaquinista Conrado y la también joaquinista Mara Lezama aseguraron a dueto y primera y segunda voz que se conservaría el quiosco del proyecto de remodelación de El Crucero.

Pero solo fueron promesas.

El quiosco ya no existe.

¿Y los grupos conservaduristas de la ciudad? Bien, gracias.

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