La militancia de Morena está más que desconcertada por las volteretas de sus diputados y aliados (PVEM y PT) en la nueva Legislatura.
El espectáculo ‘trágico-mágico-musical’ de los diputados morenistas ha tenido, como uno sus efectos colaterales, que militantes busquen culpables y “clamen justicia”.
Pero, lo que hay en Morena es ‘la sucesión adelantada’, en la cual los principales protagonistas no pierden la ocasión para tomar ventaja, pero esta perspectiva hacia al 2022 ha terminado por dividir a los diputados morenistas y, por su supuesto, a la militancia.
El resultado es que ya ha dos fracciones de Morena, una de seis y unas tres integrantes, y que los aliados que tenía ese partido, es decir PT y PVEM, van hacia donde sople más fuerte el viento.
Y esta división se reflejó ayer en el reparto de las comisiones legislativas, en donde el grupo del coordinador de los diputados de Morena, Edgar Gasca (cercano a la senadora Marybel Villegas), fue arrollado por sus compañeros de partidos y aliados.
Pero, a su vez, Gasca pretendía que las cuatro principales comisiones fueran para su grupo, y en las que incluiría, entre otras legisladoras, a Euterpe ‘Tepy’ Gutiérrez, Erika Castillo y Fernanda Trejo y una más se la dejaría al PVEM o PT.
La respuesta del otro grupo -uno de los tres-, cercano a Yeidckol Polevnsky, fue inesperada. Estos tres de Morena se unieron al PT y PVEM, así como al PAN y PRD y sus aliados.
El resultado fue apabullante: 19 votos a favor y cinco en contra y una abstención. Una proporción de 3 a 1.
Dura lección.