VERACRUZ, MX.- La Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud Federal cifró en 6 mil 107 casos el número de personas confirmadas con dengue y 15 defunciones por este virus en Veracruz hasta el 30 de septiembre, publicó Proceso.
La entidad ocupa el primer lugar nacional de casos confirmados por dengue, seguido de Jalisco (5,042); Chiapas (1,939), y Oaxaca (1,193).
En el mismo periodo de 2018, Veracruz registraba solo 1,115 casos confirmados, es decir, que este año se han registrado 4,992 personas más con esta enfermedad.
A nivel nacional, la cifra de casos confirmados pasó de 5,885 en 2018 a 20,914 en el presente año.
De igual manera, la entidad costera es la segunda a nivel nacional de “probables casos” de personas con este virus, con 29 mil 742, solo atrás de Jalisco, con 32,414.
El fin de semana se dio a conocer que el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, fue hospitalizado de emergencia por esta enfermedad.
Aunque el gobierno de Veracruz habría dicho hace un par de meses que no gastarían en comprar larvicida para fumigar en municipios veracruzanos, pues “se mataban a las abejas”, este fin de semana comenzaron una intensa fumigación en varias colonias de ayuntamientos, donde el dengue ha ocasionado estragos.
Tan sólo del 23 al 29 de septiembre, un funcionario de la Secretaria de Salud admitió -previa garantía del anonimato- la proliferación-confirmación de mil nuevos casos de dengue en tan solo una semana.
Soslayó que la responsabilidad recaía sobre mandos de la jurisdicción sanitaria quienes “pretextaron” la falta de recursos para echar a andar a los vectores sanitarios.
Los municipios con más casos registrados son Chicontepec, Tempoal, Rafael Delgado y Jilotepec, así como una alta incidencia de la enfermedad en Xalapa, ciudad con clima templado y tan ajena a epidemias como el dengue.
En la entidad veracruzana, uno de los talones de Aquiles del actual gabinete conformado por servidores públicos extraídos de Morena es el sector salud, aunado a la epidemia de dengue, también hay escasez de retrovirales para el VIH, nulo abasto de insumos para intervenciones quirúrgicas y desabasto de medicamentos oncológicos. (Fuente: Proceso)