En una reciente encuesta, el titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), Miguel Torruco, ‘figuró’ como el tercer funcionario peor calificado del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero Torruco no solo sería impopular entre el gran electorado, sino que aparte no goza de gran aprecio entre los inversionistas locales, luego que el Gobierno federal se retiró de la promoción de los destinos turísticos del País y por su pasmosa reacción a la invasión de sargazo.
Pero ayer Torruco se paró el cuello, al presentar en la ‘mañanera’, en Palacio Nacional, el proyecto Grand Island Cancún, y que fue presumido como “una de las más grandes inversiones turísticas que se han hecho en 30 años”.
Aunque, el titular de Sectur olvidó un par de detalles. El primero es que el proyecto data de 2005 y que quedó en suspenso por cuestionamientos de orden ambiental.
La segunda es que los servicios de la zona hotelera están suturados. Si hace casi 15 años, el proyecto tenía sus ‘bemoles’, en la actualidad la situación es cada vez más complicada en el bulevar Kukulcán, cuyo crecimiento de cuartos de hotel no ha parado.
Pero a Torruco le urgía justificar el año que lleva en el cargo, pese a tuvo que acudir al ático y ‘saludar con sombrero ajeno’.