El PRD, de mano del diputado Pedro Pérez, presentó una iniciativa para establecer la figura de revocación de mandato.
La iniciativa es correcta, sobre todo tras episodios como el del ‘quinquenio del malestar’ de Roberto Borge, en la que hubo una funesta combinación de corrupción e ineptitud, que aún los quintanarroense siguen padeciendo.
Pero…
La iniciativa perredista no incluye a los presidentes municipales, cuyo periodo constitucional es de tres años, pero que cuentan con posibilidad de la reelección inmediata.
Se ha confirmado que un alcalde no requiere llegar a tres años para provocar daños irreversibles a los municipios que gobiernan, como serían las referencias recientes de Paul Carrillo, en Benito Juárez, o Sebastián Uc Yam, en Felipe Carrillo Puerto.
Los casos de Laura Beristain, en Solidaridad, y Nivardo Mena, en Lázaro Cárdenas, son ejemplos rotundos de que no se puede esperar tres años para anticipar la salida de un mal alcalde.
La iniciativa del PRD puede afinarse.