Octubre ha sido un buen mes para el peso mexicano, puede que como consecuencia de la aprobación del T-MEX. El tratado de libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos lleva tiempo sobre la mesa, y ya está a punto de convertirse en una realidad tangible (económicamente hablando).
Las perspectivas de una pronta ratificación por parte de todos los agentes interesados han animado a los inversionistas, levantando levemente el peso mexicano frente al dólar estadounidense durante las últimas semanas. La tendencia no es significativa, pero, en cualquier caso, apunta claramente al alza.
Falta comprobar si esta leve recuperación del peso mexicano se mantiene o, por el contrario, la salida del canal horizontal se demorará aún más. Históricamente, es factible, al menos teniendo en cuenta los largos periodos de horizontalidad que muestra la gráfica a largo plazo.
Basta echar un vistazo al periodo entre 2004 y 2009: cinco años de aburrimiento, con una cotización que apenas se movió de diez pesos por dólar. Hasta 2015 tuvimos otro lustro de horizontalidad, esta vez un escalón por encima, oscilando en torno a los 12 pesos por dólar.
El año 2015 (y parte de 2016) ha sido, quizá, el que más movimiento ha tenido en el par USD/MXN, con una subida leve pero marcada del peso. Con la mira largoplacista, no podemos hablar de rally, pero acotando la gráfica mensualmente, la subida del dólar es evidente, alcanzando los 20 pesos por dólar.
De nuevo, en 2017, estancamiento. Y la lupa con la que se mire, influye. A corto plazo, podría parecer que el peso mexicano tiene por delante terreno para volar, pero la realidad es que la fotografía panorámica sigue siendo poco favorable para el peso frente al dólar estadounidense.
Los que ven en el T-MEX un aliciente para apoyar al peso, asumen que las acciones llevadas a cabo por parte de las autoridades estadounidenses influirán positivamente. Por una simple cuestión de matemática financiera, lo más probable es que esta suerte de unificación norteamericana ayude al peso, más que a los dólares.
De momento, habrá que esperar para valorar el efecto del T-MEX a largo plazo. Al menos, y por mucho que el mercado vaya descontando lo que le corresponde, sería prudente esperar a que se ratifique el acuerdo, que ya se ha demorado en diversas ocasiones. Por no mencionar que hay vida más allá del T-MEX.
Si bien es cierto que el tratado de libre comercio norteamericano es relevante de cara a una recuperación del peso mexicano, hay temas de orden internacional que generan una incertidumbre imposible de ignorar. El brexit o la política exterior de Trump son solo dos ejemplos.
En cuanto a Trump, poco hay que decir de sus tuits, sus guerras comerciales y sus salidas de tono. Influyen de forma aleatoria, pero el brexit es otra historia. La salida de Reino Unido de la UE afecta a todo el mundo, incluyendo el mercado Forex en México.
De momento, y según las valoraciones de los analistas bancarios, la divisa mexicana se está comportando bien, soportando la tensión generada por el brexit. El dato más significativo es que el peso ha estado aguantando los 19 dólares las dos últimas semanas de octubre.
Si finalmente se produce la tan cacareada ‘salida blanda’ de Reino Unido y el T-MEX termina ratificándose prontamente, podríamos ver un contexto totalmente favorable al peso mexicano. Y mucho más favorable podría ser con un alto el fuego entre Estados Unidos y China en su guerra comercial.
En este escenario todos los agentes económicos deberían apuntar a una fortaleza del MNX, aunque conviene recordar que quedan asuntos pendientes referentes a la política interna azteca. Algunos podrían influenciar negativamente en el peso, como las provisiones laborales.
Falta que López Obrador tome las medidas adecuadas al respecto, preferiblemente a través de la reciente reforma laboral. Por último, pero no menos importante, están los datos del PIB, cuya pendiente podría tirar por tierra todas las esperanzas de una recuperación del peso mexicano.
En este caso, la responsabilidad está en manos de Banxico, que tendrá que decidir si bajar de nuevo la tasa de interés este año. Con un PIB como el actual, es bastante probable que se produzca, y sería el freno definitivo para el impulso que se espera tenga el peso de cara a 2020. (Noticaribe)