CUBA.- Nada podido con ella: ni las huracanes ni los derrumbes ni los exilios ni las revoluciones ni las crisis ni los embargos… La capital de Cuba llega este sábado al aniversario más importante que tal vez veremos los que ahora estamos vivos: los “500 años” de su fundación, publicó bbc.com.

Para la fecha, se han organizado fiestas y conciertos, discursos y visitas oficiales.

De hecho, hasta los reyes de España cruzaron el Atlántico para festejar a la ciudad que en otros tiempos fue la joya de su vetusto imperio, la llave que les abrió las glorias del “Nuevo Mundo”.

La historia oficial cuenta que todo comenzó este día en 1519 en una esquina de la bahía: allí ─dicen─ se celebró la primera misa y los pobladores se reunieron entre el lodo de noviembre junto a un árbol, una ceiba, a celebrar la primera misa y el primer cabildo, la junta que traería orden, leyes y autoridad a la nueva villa.

Según la tradición, el lugar de la fundación estaba a un lado de la actual Plaza de Armas.

Sin embargo, la versión más conocida de la fundación de la capital de Cuba parecen estar más cerca de lo incierto y del mito que de lo que realmente pasó.

“Lo cierto es que la historia de La Habana es más antigua y sus orígenes se pierden en una oscuridad profunda”, asegura a BBC Mundo el historiador y periodista cubano Ciro Bianchi Ross.

“Realmente no es cierto que se fundó hace 500 años, sino hace mucho más”, agrega.

Pero si La Habana no se fundó realmente el 16 de noviembre ¿por qué se celebra entonces ese día? ¿Cómo se forjó el mito que se ha vuelto piedra e historia sobre los orígenes de la que es, probablemente, una de las capitales más poéticas del continente?

Una fundación incierta

Según cuenta a BBC Mundo Dick Cluster, autor de La Historia de La Habana (2006, junto a Rafael Hernández) nadie sabe a ciencia cierta cuándo ocurrió la fundación de la ciudad, pero se cree que entre 1514 y 1515 ya existía un asentamiento en el sur de su ubicación actual.

“La posición original de la ciudad tampoco se conoce, no se ha encontrado ningún vestigio histórico que dé cuenta de eso”, señala.

De acuerdo con el experto, muchos historiadores coinciden en que la fecha de la fundación original habría sido un 25 de julio, cuando la Iglesia católica celebraba la fiesta de San Cristóbal, un santo gigante y cruzador de ríos del que tomó su nombre original la ciudad.

“Era un tradición que los lugares que fundaban los españoles tomaran el nombre del santo que se celebraba ese día y se sabe que en un inicio el nombre de la villa fue San Cristóbal”, señala.

En la Catedral de La Habana se venera a San Cristóbal como su santo patrón.

El investigador Ignacio Suárez, del Instituto de Historia de Cuba, explica a BBC Mundo que lo inhóspito del lugar, lleno de pantanos y mosquitos, llevó a los primeros pobladores a abandonar el sitio en busca de mejores aires, ríos y suelos.

“Cuando los españoles colonizaban, buscaban los mejores lugares para fijar ahí los asentamientos. La búsqueda de agua, de madera, de recursos naturales y mejores puertos fue seguramente lo que llevó a desplazar la ciudad hacia el norte”, afirma.

Según creen los historiadores, el asentamiento del sur fue abandonado progresivamente y La Habana se desplazó hacia un punto cerca del río Casiguaguas (actualmente, Almendares), en el otro extremo de la isla.

“Se desconoce así mismo la fecha de este desplazamiento, porque de hecho parece que en algún momento coincidieron las dos Habanas, y el traslado de la población del sur hacia el norte no fue una mudada organizada, sino un sucesivo flujo de moradores”, señala Bianchi Ross.

La Habana se movió hacia el norte desde su ubicación inicial en busca de mejores condiciones y recursos.

De acuerdo con el historiador, fue en ese momento cuando, al parecer, la villa de San Cristóbal se ganó un apellido por el que luego se haría más conocida.

“Solo cuando queda establecida en la costa norte, en tierras del cacique Habaguanex, es que comienza a llamarse, tal vez para diferenciarla de la otra del sur, San Cristóbal de La Habana”, agrega.

De hecho, entre los historiadores una de las hipótesis más frecuentes sobre el origen del nombre la capital de Cuba viene del apelativo de ─o como entendieron los españoles que se llamaba─ el jefe de los aborígenes que vivían en esa área.

“Hay mucha discusión en torno al nombre de la ciudad. Algunos también dicen que viene de Havre, que significa puerto, hasta una deformación de la palabra taína sabana, que caracteriza el terreno sobre el que se fundó”, señala Cluster.

“La que podría ser una primera referencia histórica al lugar está en las cartas de Colón a [los reyes de España] Fernando e Isabel, en que habla de un lugar al oeste de la isla que los pobladores llamaban Avan, donde decía que había pobladores con cola. Luego está la Carta de Relación de Diego Velázquez al rey en la que habla de una zona donde mandaba el cacique Habaguanex”, agrega.

Segunda mudada

Pero el azaroso periplo de los primeros habaneros no terminó en el cambio de lugar y el agregado al nombre del santo patrón.

En algún momento ─que la tradición ubica en noviembre de 1519, pero que en realidad nadie sabe cuándo fue─ la villa se trasladó nuevamente hacia una bahía que ya había sido explorada años antes.

Cuando llegó allí a inicios del siglo XVI el conquistador Sebastián de Ocampo la había llamado Bahía de Carenas, sin saber que años más tarde ese lugar decidiría no solo el destino de la futura capital de Cuba, sino de la historia de la isla completa.

“Yo diría que la ubicación de ese lugar, donde estaba el puerto que llegó a albergar hasta mil barcos en los tiempos de la conquista y colonización, fue lo que decidió la ubicación definitiva de La Habana en su posición actual”, señala Suárez.

La posición de la Bahía de La Habana fue decisiva para el crecimiento posterior de la ciudad.

De acuerdo con Cluster, la conquista de México en 1519 hizo que el Puerto de Carenas se convirtiera en una posición estratégica para el trasiego de mercancías entre España y sus nuevas colonias.

A partir de entonces, la villa comenzó a crecer al ritmo de las flotas y se convirtió en el núcleo del comercio entre Europa y América.

Menos de un siglo después de su fundación, el gobernador general de la isla decidió mudar su residencia allí: San Cristóbal de La Habana recibió el título ciudad y desplazó a Santiago como capital de Cuba.

Sin embargo, aunque ya para entonces las actas de la ciudad dejaban claro punto por punto los vaivenes de la vida cotidiana, muy poco se contó sobre los días primeros, cuando la ciudad más importante de Cuba nació como un campamento itinerante.

Entre la historia y el mito

Sin embargo, en el año 1754, el entonces gobernador de la isla, Francisco Cagigal de la Vega, mandó a erigir una columna cerca de la primera gran construcción militar de la época, el Castillo de la Fuerza, en la que se leía que aquel había sido el sitio donde había comenzado todo.

De acuerdo con el pilar, al lado de una frondosa ceiba se había fundado La Habana, el 16 de noviembre de 1519.

Pero de acuerdo con Bianchi Ross, el lugar de la nueva refundación y su primera Plaza de Armas también se desconoce.

“Con el objeto de reconocer la barata tradición existente de que a la sombra de una ceiba que existía en el lado oeste de actual Plaza de Armas se celebró la primera misa y el primer cabildo, el gobernador mandó a erigir esta columna que todavía se conserva”, comenta Bianchi Ross.

El Templete, la ceiba y la Columna de Cagigal son símbolos del mito de fundación de La Habana. (Foto cortesía revista Opus Habana)

Dada la falta de documentos históricos sobre la fundación de la ciudad, la columna se convirtió para algunos en una de las pruebas más antiguas de los orígenes de La Habana.

“Luego en el siglo XIX, en 1828, otro gobernador, Francisco Dionisio Vives construyó el Templete, que es un edificio que recuerda esa tradición de que allí se fundó La Habana, pero no hay ninguna prueba de que así fue”, indica Cluster.

Bianchi Ross coincide en que el Templete “también es una cosa falsa”, dado que la evidencia histórica sugiere que la ciudad primitiva se ubicó en otro lugar.

“Un hecho contundente desmiente, sin embargo, la celebración de dicho cabildo en dicha plaza, y es que la primera ubicación de esa plaza no se corresponde con la que luego ocuparía la actual”, agrega.

La primitiva Plaza de Armas se encontraba en un lugar diferente al del que ocupa la actual.

En Cuba, sin embargo, la versión oficial secunda el mito.

“Aquí celebramos los 500 años a partir de su establecimiento en Puerto Carenas. Hay versiones, criterios que dicen que no, pero nosotros nos llevamos por lo que está establecido y por eso lo estamos celebrando ahora”, comenta Suárez.

BBC Mundo intentó contactar con la Oficina del Historiador de La Habana para conocer su posición al respecto, pero no obtuvo respuesta.

Sin embargo, en una comparecencia hace un par de años, el historiador de La Habana, Eusebio Leal, reconoció que el hecho de que en 2019 se celebre el 500 aniversario de la ciudad obedeció a una decisión suya.

“La Habana se consolidó en el norte. ¿Por qué no celebramos como en otros lugares de Cuba el año 1514 (como el año de fundación)? Como dije, fue responsabilidad mía”, señaló Leal.

“Cuando los presidentes del gobierno me preguntaron qué hacemos, y me lo preguntaron en el 450 aniversario, quiere decir, hace 50 años, mi respuesta fue: ´del sur no tenemos evidencia alguna, pero del norte sí. Debemos celebrar la ciudad cierta y no la especulación de un lugar no encontrado´”, agregó. (Fuente: bbc.com)

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