Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- La Unión de Pobladores y Avecindados (UPA) de la comunidad maya de San Antonio Chel del Municipio de Hunucmá, Yucatán, denunció el hallazgo de grandes cantidades de excremento de vaca que los dueños de una granja de ganado bovino almacenaron de manera clandestina en medio de un ecosistema de selva baja.

De acuerdo con la denuncia, se trata de una granja de ganado bovino que se localiza a las afueras de la comunidad maya y la cual mantiene un centro de almacenamiento de excremento de vaca que genera grandes emisiones de metano y óxido nitroso, lo cual produce efectos negativos para el medio ambiente.

Mientras el metano tiene un poder de calentamiento global 25 veces superior al dióxido de carbono, la UPA señaló que la aspersión de material particular de excremento puede generar un alto riesgo de enfermedades pulmonares, como algunas que ya se han reportado en la comunidad desde el inicio de operaciones de la granja.

“En los últimos 20 años ha aumentado el número de mega granjas de vacas, cerdos, gallinas e incluso de peces. Los Gobiernos de los tres estados de la Península le han apostado a estos desarrollos facilitando los predios pero estas mega granjas producen gran cantidad de excremento que es filtrado a los cenotes y hay contaminación del agua, del suelo y también del aire porque libera gases de metano que son muy perjudiciales para la capa de ozono y el efecto invernadero”, explicó Carlos Escoffié Duarte, abogado de la comunidad maya de San Antonio Chel en entrevista telefónica.

Fotografías tomadas recientemente desde el aire revelan la presencia de agua, por lo cual el material fecal se estarÌa filtrando al manto freático. Además, los terrenos de la granja se encuentran sobre una vena de cenotes, apuntó.

Aunque la granja tiene una capacidad para unas mil cabezas de ganado, dijo que se le ha informado a la comunidad que tiene planes de expandirse hasta llegar a una capacidad de 20 mil vacas.

“Es una granja que además de estar contaminando opera de manera ilegal. El problema es que la Península de Yucatán es muy vulnerable a la contaminación ecológica porque tenemos un suelo kárstico y un manto freático muy cercano a la superficie y toda la Península está llena de cenotes que, al menos la gran mayoría, están comunicados y son una fuente de agua para consumo humano”, añadió.

Carlos Escoffié recordó que la comunidad maya de San Antonio Chel se encuentra en juicio de amparo en contra de la granja de ganado bovino y como medida cautelar en lo que se resuelve el juicio, el Juzgado Segundo de Distrito ordenó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Yucatán y al Municipio de Hunucmá que ejerzan sus facultades de fiscalización y control sobre la granja para determinar si se pone en riesgo al medio ambiente.

La Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán solicitó la suspensión progresiva de la granja por incumplir con diversos requisitos que comprometían ambientalmente la zona. No obstante, expuso que no fue sino hasta una semana después, cuando se realizaron diversos peritajes para el juicio, que se descubrió la presencia de cerros de excremento en los terrenos destinados a la ampliación de la granja.

“En lo que ya avanzó el juicio, se demostró que esta granja tenía tres años operando sin ningún tipo de control y sin permisos. La industria ganadera a gran escala que plantea el gobierno de Yucatán desde hace algunos años no sólo es ilegal porque incumple los planes de desarrollo si no además, es insostenible para las condiciones ambientales que tenemos en la Península”, enfatizó el abogado. (Agencia Reforma)

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