El General José Isabel Sulub recientemente escribió una carta a AMLO y a Adelfo Regino solicitando encarecidamente que escuchen a los mayas de Quintana Roo y que remuevan del cargo a este inefable personaje. No le han hecho caso al General. En jerga moderna, lo han dejado “en visto”.
Mientras tanto, hoy en la UIMQROO, una universidad que sufrió los horrores de una especie de totalitarismo en sus primeros ocho años de vida, la Comisión de Derechos Humanos estatal va hacer un acto protocolario de disculpas públicas. Una especie de teatralización de los derechos humanos, de banalización y vaciamiento de los derechos humanos, donde las razones que aduce la CDHEQROO son muy lábiles, desmontables, y que se reducen a esto: un grupo de alumnos de una carrera de la UIMQROO que coordinaba y coordina aún la pareja del cuestionado servidor público del INPI, iban a ir a un viaje a Chiapas en el autobús de esa universidad. Iban a salir a las 4 A.M. Pero resulta que, en ese mismo día, un grupo de juego de pelota prehispánica necesitaba salir a las dos en el mismo autobús, para llegar a tiempo a su cita. Se le avisó a la coordinadora, y esta se rehusó acceder a que corrieran dos horas la salida. Esto fue, a grandes rasgos, la violación a los derechos humanos a los alumnos de esa universidad. No meto las manos por ninguna autoridad educativa, pero resulta que hoy, a los que van a pedir disculpas públicas, en otros momentos de otras gestiones fueron piezas fundamentales para el golpeteo a los contrarios y enemigos de su tlatoani de la interculturalidad fallida.
Hace dos años, por medio de la prensa, leímos un perfil del flamante personaje del INPI. Transcribo:
“Las anécdotas truculentas que todavía se cuentan de este hombre por los pasillos de la UQROO (y aún no hablo de las voces de terror y de realismo mágico que se dicen de él sobre su paso caciquil por la UIMQROO), como la de desatar una campaña de humillaciones y agresiones laborales contra el personal tanto académico como administrativo, en el caso de que se opusieran a sus designios y ucases unilaterales que fue la tónica de su breve rectorado de la UQROO donde se dio hasta un caso de suicidio, el de Julio César San Juan González; dan para una historia universal de la infamia de la educación en Quintana Roo. Si indagamos un poco y removemos material disponible en diarios digitales, historias y testimonios de profesores, lograremos tener un perfil menos terso de este ex funcionario de la administración pública en el área educativa de Quintana Roo. Hay que decir que desde su salida hace tres años de la UIMQROO, no ha parado ni un momento en boicotear a dicha institución, la cual considera una especie de cortijo personal, un proyecto personal que fue gestado, podríamos decir, casi a su imagen y semejanza”.
Te boicoteo si no está uno de mi cofradía, de mi logia municipal, en un cargo de poder. Esa es la idea, el objetivo único, pensar a las instituciones educativas como parte de mi cortijo personal, como parte de mi propiedad.
Me cuentan que el funcionario federal de marras, con pésimos antecedentes de administración y con violaciones de derechos humanos en la UIMQROO y la UQROO, no se da abasto y quiere que todo mundo asista a ese acto de insolencia. Le manda mensajes personales a la prensa local, como este:
“Estimado: Estas cordialmente invitado mañana a las once de la mañana en la torre B de la UIMQROO a una disculpa pública por la violación de derechos humanos de 18 personas de esa universidad. 18 personas fueron violentadas y tuvieron la fortaleza de no dejarse avasallar y eso es muy importante reconocerlo, especialmente cuando las víctimas son indígenas.
Espero saludarle mañana martes 10 de diciembre a las once de la mañana en la UIMQROO. Buena noche”.
¿Y quién le va a pedir disculpas públicas a la larga lista de profesores y administrativos de la UQROO y la UIMQROO que igual fueron violentados en sus derechos por este pésimo servidor público?, ¿Quién le pedirá disculpas públicas a tantos que fueron golpeados y perseguidos de forma atroz por este que hoy se jacta de conducta intachable? ¡A otro perro con ese hueso!
Lo cierto es que en la Comisión de Derechos humanos estatal (Cdheqroo), desde tiempos de Harley Sosa Guillén, existe un sesgo, una especie de selección personal para trabajar los supuestos casos de violaciones a los derechos humanos. ¿Son unos derechos humanos movidos por el poder, por el compadrazgo o las relaciones públicas? En tiempos de Harley Sosa Guillén, el borgista, una cuestionable recomendación de la Cdheqroo de disculpas públicas a este personaje – recomendaciones que actúan como directrices no vinculantes-, disparó a muchos rabiosos amigos priístas de de este doctor que hoy se jacta hasta de realizar sus rituales masónicos en la UIMQROO, para defender al hombre necesario de la “educación intercultural” en Quintana Roo. De ese es el nivel de cretinismo logrero que hoy infecta al INPI en el estado.
Al extitular de la Codheqroo, Harley Sosa Guillén, un grupo de defensores de derechos humanos, en su tiempo solicitó juicio político por su presunta omisión en al menos 60 casos de tortura y abusos de la policía en el periodo borgista, según informó desde diciembre de 2017 el representante de la Comisión Nacional e Internacional de Organizaciones y Confederaciones de Derechos Humanos A.C., Raúl Fernández León. A pesar del antecedente de autoritarismo y cuasi dictadura tropical del hombre del INPI al frente tanto de la UQROO como de la UIMQROO, la deleznable recomendación de la Cdheqroo en tiempos de Sosa Guillén, sirvió para poner un ropaje burdo de “víctima” al otrora cacique “académico” de la UIMQROO que considera que esa universidad es suya y de nadie más.
Lo cierto es que urge una plena reestructuración en los ombúdsmanes locales, pues parece que en Quintana Roo, los derechos humanos se hacen siguiendo filias y fobias. En la actual administración, recordemos el caso en que cómo algunos profesores de la UQROO fueron obligados a pedir disculpas públicas a unos reprobados y mediocres alumnos de maestría. Es un hecho que existe una especie de sesgo, liviandades, chabacanerías y, al final, depreciación de los derechos humanos en Quintana Roo por casos como este y otros más, cuando a los victimarios y violadores de derechos humanos, se les premia y se les pone en padrones de “víctimas”, etc. Es como poner al lobo entre las ovejas. Es el mundo al revés en el trópico nuestro, Kafka emborrachado de realismo mágico.
Recuerde, Señor, ya no estamos en tiempos del borgismo felixismo donde usted fue leal borrego. Usted no es de la 4T y nunca lo será por cuestiones que tiene que ver con la calidad humana, la ética responsable, la solidaridad con los humildes. ¿En eso se gastan los funcionarios del INPI en Quintana Roo sus días y sus noches, en rencores y vendettas personales?
¡Queremos mejores funcionarios para los pueblos indígenas de Quintana Roo!, ¡queremos calidad humana en los funcionarios públicos del INPI en Quintana Roo!
Postdata: hoy un grupo de profesores de la UIMQRoo, reducidos, es cierto, se apostaron en el edificio donde se llevó a cabo este ocioso acto de disculpas públicas de la Cdheqroo a un grupo de “rosadistas”. Con pancartas y posicionaminentos, estos lucidos profesores y administrativos, fueron la voz y el eco de muchos otros profesores y administrativos que fueron violentados en sus derechos humanos. Unos carteles se preguntaban, ¿cuándo la disculpa pública a Abel Navarrete Benítez, a Minerva Carrasco, a Jairo Martín Cahun, a Hilario Chi Canul, a Jorge Figueroa Magaña, a Saúl Ríos Luviano, a Fernando Ku Tuz, a Ligia Peláez Aldana, a Martiniano Pérez, a Andrea Peña? Estos son algunos de los nombres de profesores y administrativos que fueron violentados en sus derechos humanos por un rectorado de terror. En democracia, no podemos y no debemos permitir que nunca más ocurran estas situaciones en nuestra universidad intercultural.