CANCÚN, MX.- Desde que llegó a Cancún, hace más de una década, Alfredo no pierde la tradición de fabricar su “año viejo”, lo que hace con ropa ya en desuso, zapatos viejos y artículos de pólvora; ya listo el “muñeco” se quemará a medianoche para despedir el 2019.

La tradición manda que durante el 31 de diciembre, se coloque al “año viejo” en un lugar visible, de ser posible en las afueras de las casas para que puedan ser apreciados por la gente, en las aceras sentados sobre una silla o cualquier otro taburete.

Las figuras pueden ser desde personajes políticos, artistas, super héroes o simplemente cualquier persona; leyendas de todo tipo rodean a los muñecos, muchos de los cuales representan alguna anécdota familiar o algún hecho relevante ocurrido durante el año en el estado o el país.

En las regiones de Cancún, colonias de Chetumal, Fraccionamientos de Playa del Carmen o comunidades de los municipios de la zona maya, se observa decenas de muñecos de vivos colores y diversos tamaños que se entremezclan con variadas caretas, que las personas pueden poner a los “Años Viejos” rellenos de periódico, que aún se ven en exhibición, aunque son cada vez más escasos.

Y aunque ya no son tan frecuentes como antes, también siguen haciendo a los que representan a los políticos, por lo general al gobernante de turno o líderes de la oposición, que también van a la hoguera a la medianoche del 31 de diciembre.

Los vecinos observan la quema del año viejo, como es la tradición, también en algunos lugares se lee “el testamento” del “año viejo” que deja para sus deudos.

El ingenio de la gente provoca carcajadas cuando se escuchan las herencias.

Esto se suele hacer entre familia, pero también en el lugar de trabajo, donde la elaboración del testamento se usa como pretexto para remarcar con picardía alguna situación especial o anécdota personal. (Noticaribe)

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