LÍBANO.- Carlos Ghosn, el ex-CEO de Nissan que huyó de los cargos criminales que tenía en Japón, dijo que su esposa Carole y otros miembros de la familia no participaron en su escape a Líbano, publicó El Financiero.
“Yo solo organicé mi partida”, dijo Ghosn en una breve declaración emitida a través de una firma de relaciones públicas. “Mi familia no jugó ningún papel”.
El comunicado muestra que Ghosn está ansioso por dar su versión de los hechos y proteger a su familia de cualquier retroceso legal.
El martes, Ghosn que estaba listo para “finalmente comunicarse libremente con los medios” tan pronto como la próxima semana. Todavía es un misterio cómo Ghosn, uno de los extranjeros más reconocidos en Japón, se escapó del país a pesar de la vigilancia las 24 horas, una huida digna de una película de Hollywood.
El diario francés Le Monde ha informado, citando fuentes no identificadas, que Carole Ghosn organizó el vuelo con la ayuda de sus hermanos y sus contactos en Turquía. En su declaración, Ghosn describió tales informes como falsos.
El hermano de Carole Ghosn, Alain Nahas, calificó a dichos informes como “tonterías”.
“Me enteré cuando te enteraste”, dijo a Bloomberg News en una entrevista telefónica; Nahas, quien dirige una empresa mayorista de piezas automotrices en Nueva Jersey, aseguró: “Estoy feliz por eso. Expone a Japón como un país similar a los regímenes totalitarios. Si yo fuera él, habría hecho lo mismo y tú habrías hecho lo mismo”.
Después de escapar, el también ex-CEO de Renault publicó un correo electrónico el martes denunciando la “injusticia y persecución política” del sistema judicial japonés. El hombre de 65 años enfrentó cargos por mala conducta financiera y allanamiento de recursos corporativos para beneficio personal.
Ghosn ha dicho que los cargos son falsos y fueron falsificados por ejecutivos de Nissan, fiscales japoneses y funcionarios del gobierno que se opusieron a sus planes de integrar más profundamente a Nissan y Renault.
Teoría del escape de Carlos Ghosn: música, jet y pasaporte francés
El exdirector de Nissan y Renault, que esperaba el primero de dos juicios en Tokio, de alguna manera evadió la constante vigilancia tripulada y por video y las fuertes restricciones a su libertad de movimiento. Logró huir a Líbano.
Poco después de que reapareció, internet se iluminó con informes no confirmados y teorías de cómo Ghosn, ahora un fugitivo internacional, logró un escape digno de un thriller de Hollywood, uno que será muy difícil de olvidar para las autoridades japonesas. Aun hay muchas más preguntas que respuestas.
En un recuento especulativo, que no citó fuentes, la estación de televisión libanesa MTV informó que Ghosn se metió de contrabando en una gran caja de instrumentos musicales después de que una banda navideña visitó su residencia en Tokio. Luego fue enviado fuera del país y después ingresó a Líbano desde Turquía en un avión privado.
El diario libanés Annahar informó que Ghosn ingresó al país legalmente, con un pasaporte francés. El antiguo peso pesado de la industria tiene ciudadanía libanesa, francesa y brasileña, aunque le habían quitado todos sus pasaportes. Entretanto, un informe de que Ghosn se reunió con el presidente libanés, Michel Aoun, fue desmentido por un funcionario en la presidencia.
El periódico francés Les Échos dijo que Ghosn pudo haber salido de Japón bajo una identidad falsa con un pasaporte falsificado, abordando un avión privado desde un aeropuerto más pequeño, donde sería menos probable que lo reconocieran.
En las redes sociales, detectives amateurs publicaron información de vuelo en jet privado de un avión que salió de Japón hacia Estambul el mismo día en que Ghosn habría abandonado el país. (Fuente: El Financiero)
