No tiene nada que ver la autorización de permisos federales, como la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), para que la autoridad municipal esté ‘obligada’ a conceder en automático la ‘licencia de construcción’.

Hay por lo menos dos antecedentes en Quintana Roo, en los que autoridades municipales impidieron la realización de dos proyectos, ambos muy importantes, que contaban con ‘todos’ los permisos federales.

El presidente municipal de Solidaridad, Gabriel Mendicuti, negó la licencia de construcción al proyecto del ‘Home Port’, de nada más y nada menos que de Miguel Quintana Pali, jefe de jefes del Grupo Xcaret y, además, sobrino de Bernardo Quintana, fundador de Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y cuñado del ex secretario Hacienda, José Ángel Gurría, actual secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),

Años después, el entonces presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde, negó la licencia de construcción al proyecto ‘Dragon Mart’, que impulsaban Félix González Canto y Roberto Borge.

Al actual titular de la Dirección Municipal de Desarrollo Urbano, Heyden Cebada Ramírez, nada le obliga a dar la licencia de construcción al proyecto Riu Riviera Cancún –con un edificio en un nivel horizontal bajo de siete niveles y torre de 16 niveles con 530 habitaciones en total- solo porque ya cuenta con la MIA.

Pero, en esta caso, la MIA además está en litigio.

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