Por Jéssica García
MÉRIDA, MX.- Efraín Calderón Lara, “El Charras” fue secuestrado y asesinado durante el gobierno de Carlos Loret de Mola Mediz y a 46 años de su muerte, simpatizantes del movimiento que lideró afirman que es un mártir que a la historia oficialista no le conviene recordar, además de denunciar que su muerte fue crimen de Estado y al igual que los actos represivos quedó impune.
Mientras que el 14 de febrero, como tradición heredada por los españoles, se celebraba con fiestas en 1974 en Yucatán, para estudiantes, obreros y miembros de nuevos sindicatos, sería a partir de entonces una fecha distinta, puesto que uno de sus líderes había sido secuestrado.
Cinco días después, el testimonio del campesino Evaristo Poot Cruz develaba el crimen de Estado: “hallé el cuerpo semidesnudo de un joven, atado de manos y pies por la espalda, los ojos vendados, sin dientes, castrado y con un tiro en la cabeza”. Se trataba de “El Charras”.
El joven que con sus asesorías jurídicas buscaba justicia, la protección de los derechos de los trabajadores y mejores condiciones laborales, había sido asesinado.
Desde ese momento hasta el 15 de abril de 1974, la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y demás centros educativos se fueron a huelga junto con los sindicatos, pues pedían esclarecer los hechos en los que todo indicaba que era un crimen cometido por órdenes de Loret de Mola.
El día de su sepelio, fueron más de 30 mil personas las que se reunieron a despedirlo, entre compañeros, trabajadores, esposas de los obreros, maquiladoras y estudiantes.
Durante el aniversario luctuoso, al que cada año asisten los que fueron simpatizantes del movimiento y cada vez menos jóvenes interesados, Pedro Quijano Uc y Lorenzo Peraza mostraron el mensaje que el entonces gobernador emitió sobre las protestas.
“Es un chantaje soez y abyecto… destripados universitarios…barbaropelucones drogadictos… y unos cuantos vividores locales que convirtieron las escuelas universitarias en centros temporales de vicio y ultraje a muchachas, tabernas con expendio de marihuana y hoteluchos para ratos”.
Hoy, a 46 años de este crimen, los que aún recuerdan a “El Charras”, reconocen que ha bajado la asistencia en los eventos de aniversario luctuoso y poco a poco se pierde el interés por conocer esta parte de la historia, en la que incluso, se presentaron hechos de represión por parte de los policías estatales, pues para disuadir a manifestantes dispararon balazos y activaron gas lacrimógeno, a tal grado de que estudiantes permanecieron encerrados en uno de los edificios de la UADY por más de nueve horas.
También los hoy organizadores de aniversario luctuoso, continúan con la denuncia en la que hacen hincapié que este crimen ha quedado impune, pues nunca fue esclarecido del todo.
La lucha de “El Charras” sólo sigue vigente en la memoria de quienes le conocieron y siguieron, pero a pesar de que hay un Centro de Estudios e Investigaciones Sociales y Culturales “Efraín Calderón Lara”, la historia oficial de Yucatán le ha dado la espalda.
Incluso la UADY, no rinde homenaje alguno en su memoria, aunque él ayudó a que se formara el Sindicato de Trabajadores Manuales y Administrativos de la universidad.
Lorenzo Peraza recuerda que habían logrado que el teatro universitario llevara su nombre, pero posteriormente se ordenó que se cambiara a “Felipe Carrillo Puerto”, el cual sigue vigente, además, en el edificio central fue colocada una placa conmemorativa, misma que fue retirada con el paso de los años. (Noticaribe)