CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Personal del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) Ismael Cosío Villegas alteró recetas médicas para sustentar la salida de la farmacia de sulfato de morfina y citrato de fentanilo, publicó Excélsior.
Los indicios de modificación de las recetas fueron detectados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en su revisión de la Cuenta Pública 2018.
En algunos casos se emitió más de una receta por paciente al día y, en otros, se registró en el sistema una dosis mayor que la que realmente se suministró a los pacientes.
La ASF advierte que esto supuso irregularidades en la disposición y utilización de este tipo de estupefacientes.
El INER también evidenció deficiencias en la administración y utilización de los medicamentos controlados, como el sulfato de morfina y el citrato de fentanilo, poniendo en riesgo la disponibilidad de este tipo de opiáceos necesarios para mitigar el dolor de los padecimientos respiratorios que presenta la población que acude al instituto para recibir la atención médica que requiere. Las deficiencias en la administración de este tipo de medicamentos abren la posibilidad de un uso indebido de los mismos, representando un problema para la salud pública”, indica en su informe.
De acuerdo con la ASF, derivado de la revisión de ocho expedientes clínicos de igual número de pacientes, se halló que en el sistema se reportó 51.4% más de cantidad de sulfato de morfina de la que realmente se suministró a éstos.
En total, en estos ocho pacientes, atendidos en el INER en 2018, se registró la aplicación de un total de 10 mil 66.6 mg de sulfato de morfina. Sin embargo, con la revisión del sistema Medsys, en el cual el instituto registra los cargos realizados de los medicamentos entregados a los pacientes, utilizados como base para calcular el costo de su atención médica, se comprobó que la cantidad de morfina registrada en el sistema fue de 20 mil 730 mg, superior en 10 mil 663.4 mg a la cantidad registrada en los ocho expedientes.
Incluso, la Auditoría revela que a un paciente se le cobraron cuatro mil 700.0 mg de morfina, en tanto que en su expediente no se identificó su aplicación.
Además la Auditoría encontró que el INER no acreditó que 80% de los miligramos de sulfato de morfina que salieron de la farmacia fueron aplicados entre los pacientes que estuvieron hospitalizados o que fueron atendidos en el área de urgencias o consulta ambulatoria.
Es decir, que de los 432 mil mg de sulfato de morfina que en 2018 salieron de la farmacia del INER, el instituto no acreditó el destino de 345 mil 760 mg.
Asimismo, la ASF detectó diferencias entre el código bidimensional (QR) establecido en las recetas emitidas por la Cofepris y el código numérico registrado en cada una de las recetas.
En cuando al sulfato de morfina, de las 121 recetas proporcionadas por el INER, en 119 el código bidimensional de la receta no coincidió con la clave que se encuentra debajo del mismo, lo que, en términos monetarios, equivalió a mil 114.3 miles de pesos. Para el citrato de fentanilo, de las mil 611 recetas proporcionadas por el instituto, en mil 518 el código bidimensional tampoco correspondió con la clave alfanumérica registrada en la propia receta, lo cual equivalió a 765.9 miles de pesos.
En el caso del ciltrato de fentalino, de 646 pacientes a los que el INER reportó que les fue suministrado en 2018, a 156, es decir 24.2%, se les emitió más de una receta médica en un mismo día, lo que significaría rebasar la dosis de 30 ámpulas establecidas como máximo en la farmacopea mexicana.
Esto representó un total de ocho mil 55 miligramos del medicamento contenidos en 16 mil 110 ámpulas, con un costo de 272.1 miles de pesos.
La Auditoría Superior de la Federación identificó la correspondencia de mil 258 (78.1%) recetas de las mil 611 informadas por el INER, mientras que 353 (21.9%), con un costo de 178.7 miles de pesos, no se correspondieron con los registros del instituto. (Fuente: Excélsior)