CIUDAD DE MÉXICO, MX.- El pasado 8 de abril, una niña de apenas 5 años se encontró con un asesino en su propia casa; luego de golpearla, el sujeto le arrebató la vida y abandonó su cuerpo; seis días antes, el 2 de abril, fue asesinada Ana Paola, de 13 años, y con ellas, Fátima, Norma, Karla Valentina, Miriam, Alicia, Jaquelin, Mónica, a quienes también asesinaron, para luego arrojar sus cuerpos sin vida, publicó infobae.com.
El infanticidio en México le ha costado la vida a decenas de millones de mujeres, según ONU Mujeres, a diario una niña es asesinada en el país.
La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo informó que este miércoles fue capturado José “H” en Playa del Carmen, implicado en el feminicidio de su hijastra, de 5 años. Según la investigación de las autoridades, ese día la mamá de la menor y su pareja sentimental llegaron al domicilio alcoholizados, tras haber asistido a una fiesta. Una vez dentro de la casa, el sujeto comenzó a golpear a la mujer, quien se encerró en el baño.
De acuerdo con la declaración de la madre, ésta no escuchó nada anormal hasta que salió y vio a su hija sin vida. En ese punto, José intentó huir, pero la mujer salió detrás gritando que había matado a su pequeña, por lo que los vecinos del fraccionamiento sometieron al presunto feminicida.
La semana pasada otro feminicidio indignaba al país. El de Ana Paola, de 13 años, en Sonora. El agresor la violó y asesinó en su propia casa. El caso provocó enfado. De hecho, el hashtag #JusticiaParaAnaPaola fue uno de los más usados durante todo el fin de semana en México.
El terror sigue vigente en la nación, donde según al activista, Frida Guerrera, tan sólo en cinco días (del 1 al 5 de abril) fueron ultimadas 45 niñas.
Los casos de mujeres asesinadas se agolpan a las puertas de los despachos del gobierno sin que se hayan anunciado medidas urgentes. Norma, de 37 años, y Fátima, de 14, fueron brutalmente asesinadas en Acapulco, Guerrero. Según los reportes, las víctimas se encontraban en el interior de su departamento ubicado en la colonia Progreso, donde vendían tacos al lado de la oficina de Seguridad Pública local.
El 3 de abril, en Papantla, Veracruz, cinco integrantes de una familia, entre ellos tres mujeres y dos menores de edad, fueron asesinados a balazos al interior de una vivienda.
El atentado se registró a las 14:00 horas en un domicilio en el Callejón Voladores, en la colonia Benito Juárez, donde cuatro sujetos armados, abordo de motocicletas, irrumpieron en la casa y dispararon contra la familia corta distancia.
Trascendió que un menor logró escapar por la parte trasera de la vivienda. Las primeras indagatorias revelan que en el lugar se vendían bebidas alcohólicas, por lo que las líneas de investigación apuntan una extorsión o una disputa entre grupos criminales.
En ese mismo estado, el caso de Alicia Tolentino Cortéz, de 39 años, ilustró de nuevo la indefención de las mujeres en México. El infierno de Alicia comenzó cuando conoció a su asesino en internet. Una relación tormentosa que no le contó a nadie.
Hace siete días, el agresor arribó a la estética donde trabajaba la víctima y con un arma punzocortante la lesionó en el pecho, brazos y cuello, causándole la muerte.
Las autoridades investigan la versión comentada por sus allegados: un hombre que conoció por redes y se obsesionó por tenerla. Mientras la fiscalía reúne pruebas, familiares exigen justicia. El asesinó huyó por el monte.
En uno de los estados más letales para las mujeres, no existe ni siquiera un refugio. Chihuahua, donde las víctimas siguen trabajando para convertir la rabia en esperanza, la Fiscalía Especializada de la Mujer (FEM) pidió la colaboración de la ciudadanía para identificar a la femenina asesinada la tarde del 2 de abril, en el tramo del Camino Real.
Se trata de una mujer de entre 30 y 35 años de complexión delgada, tez morena, ojos color café y nariz mediana.
Pero la crueldad llega a límites cada día más sórdidos. Mónica “U” tenía 45 años y su cuerpo sin vida fue encontrado en Nayarit, con señas de abuso y en bolsas de basura.El mensaje fue claro: los cuerpo sin vida de las mujeres son desechos para el patriarcado.
Con los anteriores feminicidios, los límites de la violencia se extreman. Porque no son casos aislados, todos son resultado de una sociedad profundamente violenta, una que normaliza la muerte en el día a día, que lucra y consume en redes sociales y medios de comunicación las imágenes de las víctimas, que crece en un sistema educativo que ignora la perspectiva de género, una sociedad que normaliza las bromas misóginas, y que cosifica a las mujeres.
De acuerdo con las historias y los archivos, algunos olvidados, las cifras de mujeres asesinadas en lo que va de abril supera los 500. Sin embargo, los números oficiales dicen que son muchas menos, porque la mayoría de muertes no cumplen con la tipificación de feminicidio.
La ola de feminicidios y violencia en México casi siempre lleva aparejada la misma palabra: impunidad. Las asociaciones y colectivos creados por la voluntad y el empuje ciudadano para intentar esclarecer todos estos crímenes y crear lazos de unión entre las víctimas han sido muchos a lo largo de los últimos años. (Fuente: infobae.com)