La suspensión de las obras del hotel Gran Solaris junto a playa Delfines fue inicialmente bien recibida, pero de inmediato generó suspicacias.
Y es que la sola suspensión de obras a nivel municipal no echa abajo un proyecto que está autorizado a nivel federal y que cuenta con una Manifestación de Impacto Ambiental vigente y legal.
La mediática suspensión de la polémica obra, anunciada ayer por la Alcaldesa Mara Lezama, puede ser combatida y revertida por los desarrolladores de manera legal para poder continuar con los trabajos, ahora, o después.
Para que se dé reversa definitiva, se debería revocar la autorización de impacto ambiental y eso, por el momento, sólo lo puede hacer el gobierno federal.
A lo mucho, la suspensión municipal frena pero no cancela este proyecto que es visto como una amenaza para la principal ventana al mar de Cancún.
Los críticos de Mara Lezama quieren ver más voluntad de la presidenta municipal y piden que empiece por la demolición de la barda en torno al terreno que se construyó, esa sí, en su administración.
Y es que haga lo que haga, Mara Lezama no termina de convencer y, en el caso del Solaris, no le creerán sus supuestas buenas intenciones para proteger el patrimonio de los cancunenses hasta que el proyecto hotelero no sea totalmente cancelado.
Mientras tanto, como dice la canción del boricua Catalino Curet Alonso, todo quedará en “puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro”.