CHIAPAS, MX.- Indígenas tsotsiles de los municipios de Chenalhó, Chalchiuitán y Aldama, desplazados desde hace más de 4 años por civiles armados, denunciaron que la pandemia y la imposibilidad de salir a trabajar, los mantiene al borde de la hambruna. Piden la implementación de un Plan de Emergencia Alimentaria y la presencia de la Cruz Roja Internacional, publicó El Financiero.

Se trata de 3 mil 304 indígenas de municipios ubicados en la zona Altos de Chiapas, quienes fueron expulsados de sus comunidades a consecuencia de las agresiones por parte de civiles armados que reclaman el territorio donde viven.

Desde su desplazamiento, se encuentran en casas rentadas, o viviendo escondidos en huecos que cavaron bajo sus viviendas, y en situación de hacinamiento.

Hasta el momento han sido asistidos por las organizaciones humanitarias Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México A.C. (FISANIM), “el Fideo”, y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, A.C. (Frayba).

Sin embargo, refieren que ahora se encuentran en una situación límite porque debido a la pandemia de COVID-19, “no han podido ir a cosechar su café, siendo una de las fuentes de ingreso económico para completar el sustento durante el año”.

“Debido a la falta constante de alimentos, atención médica y al daño emocional por el miedo permanente y desesperación a ser agredidas, las niñas, niños, mujeres y las ancianas / los ancianos son las víctimas con mayor vulnerabilidad”, explicaron.

Ante esta situación, hicieron un llamado urgente a los gobiernos estatal y federal para la implementación de un Plan de Emergencia Alimentaria, y la intervención de la Cruz Roja Internacional para contribuir en la ayuda humanitaria en los territorios que el desplazamiento forzado se ha prolongado. (Fuente: El Financiero)

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