CHETUMAL, MX.- El sitio arqueológico de Chakanbakán, que se ubica a 80 kilómetros de Chetumal, se convirtió en protagonista del Primer Diplomado “Mayas en el INAH. Visiones interdisciplinarias”, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de la Coordinación Nacional de Antropología (CNAN) y la Dirección de Estudios Históricos (DEH).

Lo anterior lo dio a conocer el propio INAH a través de un comunicado. Este evento está planeado para difundir e impulsar la investigación sobre la cultura maya, tanto prehispánica como contemporánea.

En ese contexto, al inaugurar el diplomado de manera remota, la titular de la DEH, Delia Salazar, y el director de Etnohistoria en la CNAN, Cuauhtémoc Velasco, señalaron que esta actividad académica es la primera que en ambas instancias realizan enteramente de forma virtual, en apego a las medidas sanitarias ante la pandemia de COVID-19, y como parte de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura.

Apuntaron que todos los ponentes del diplomado, cuyas sesiones comenzaron el 22 de junio y culminará el 7 de diciembre, están adscritos a centros de investigación del INAH, lo que permitirá mostrar de primera mano el conocimiento que genera la institución.

De esta manera, la primera conferencia estuvo a cargo del investigador del Centro INAH Quintana Roo, Fernando Cortés de Brasdefer, quien brindó una retrospectiva acerca del sitio arqueológico de Chakanbakán, el cual, aunque está cerrado a la visita pública, es investigado, explorado y consolidado desde 1980.

CIUDAD CON MÁS DE 2 mil 700 AÑOS DE HISTORIA

Como un primer apunte, el arqueólogo señaló que esta antigua ciudad maya, ubicada a 80 kilómetros de Chetumal, tiene sus más remotos testigos de ocupación en fechas tan tempranas como el año 700 a.C., cuando (según evidencia material) hubo un gran desplazamiento poblacional entre el área del Petén, la cual hoy comparten las fronteras de México, Guatemala y Belice.

Desde aquellas exploraciones iniciales en los 80, se ha avanzado en temas como el conocimiento del patrón de asentamiento, marcado por una mancha urbana que, de acuerdo a reconocimientos en superficie y con tecnología LIDAR, se extiende por 30 kilómetros cuadrados y un área nuclear construida sobre una isleta natural.

En este terreno de élite, los habitantes de Chakanbakán erigieron una amplia acrópolis, de 250 metros por cada flanco, sobre la cual edificaron su centro cívico-ritual, dominado por una estructura de siete cuerpos, conocida ahora como Nohoch Balam, donde, aún hoy, los pobladores de Xpuhil y otras comunidades aledañas realizan pedimentos previos a cada temporada de exploración e investigación arqueológica.

Fernando Cortés añadió que edificios como el propio Nohoch Balam estuvieron ricamente decorados por mascarones de un estilo que, se teoriza, pudo haber formado parte del paso de la tradición ‘olmeca’ en la escultura —la cual mezclaba rasgos humanos, animales e, incluso, míticos al momento de erigir monumentos para los gobernantes— a las formas naturalistas que predominaron durante el periodo Clásico maya (200-900 d. C.).

El arqueólogo concluyó que, justo hacia el año 900, hay una ausencia gradual de cerámica que refiere de un abandono paulatino de Chakanbakán, rasgo que se refuerza por la estratigrafía de la laguna homónima cercana a la zona, donde las capas con restos de polen se reducen, lo que deriva en la hipótesis de que las sequías que ocurrieron en esa época en el área, pudieron causar el declive del emplazamiento, el cual, aunque fue ocupado en siglos posteriores, no repitió su esplendor previo.  (Agencia SIM)

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