La renuncia del diputado federal Jesús Pool Moo a la bancada de Morena ilustra muy bien el desencanto y las luchas intestinas en el otrora brilloso partido de AMLO en Quintana Roo.

Tras dos años del histórico triunfo en las urnas, Morena se ha desfondado por las pugnas tribales, los despropósitos legislativos y la pésima administración de sus gobiernos municipales y estatales, e, incluso, por los desatinos del propio Presidente Obrador que ya provocó un derrumbe económico aún antes del coronavirus, además del terrible manejo de la pandemia.

En Quintana Roo, los morenistas miran la tormenta que viene y no se hincan. Por el contrario, los diferentes grupos están atrincherados en una guerra intestina de pronósticos reservados que se recrudecerá con la definición de las próximas candidaturas para la elección de alcaldes del 2021.

En este escenario, Morena no la tiene fácil ni su solo membrete es ya garantía de triunfo.

Es aquí que Jesús Pool, el ex expriista y ex joaquinista que llegó a Morena por conveniencia por la vía de la alianza con el PT, mejor recogió sus chivas y decidió buscar mejores rumbos. Puro colmillo político, claro.

Lo que se dice, sin embargo, es que otros morenistas también podrían saltar del barco de la 4T y no se descarta que en los próximos meses otro legislador de Quintana Roo también abandone la bancada guinda en el Congreso federal.

Esto dejaría a Morena con sólo dos legisladores federales en Quintana Roo.

Al tiempo.

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