Por Rafael Briceño
CHETUMAL, MX.- Debido a que los intereses electorales han quedado por encima del buen gobierno, las tres presidencias municipales de Morena en Quintana Roo han quedado a deber a la ciudadanía, mientras que sus diputados en la XVI Legislatura han caído en el divisionismo político más que ideológico.
“Parece que no hay más voces que la del gobernador que dicte la línea de lo que debe discutirse en el Congreso del Estado”, afirmó Gibrán Ramírez Reyes, aspirante a la dirigencia nacional de Morena.
Ante la posible aspiración de reelección de los presidentes municipales, anticipó que deberán someterse primero a encuestas, además dejar el cargo que ostentan “pues si quieren competir deben dejar el cargo y además comprobar que no han utilizado recursos públicos para campaña política”.
Advirtió que si un servidor público no pasa la aprobación no tiene derecho a reelegirse.
Al visitar Chetumal en gira proselitista, Ramírez Reyes -quien se declaró completamente obradorista- fue crítico al hablar del panorama político que atraviesa su partido en Quintana Roo, en vísperas de las elecciones para renovar las presidencias municipales y las campañas adelantadas por la gubernatura del Estado.
“Hemos platicado con militantes de la base y lo haremos con los de Playa del Carmen y Cancún, y de seguro escucharemos lo mismo”, anticipó.
De entrada se pronunció en contra de las alianzas y las amenazas de salida en caso de no alcanzar una candidatura, pues dijo “hay un espacio para chantaje que no debería existir. Todos están en su derecho de militar en otros partidos, pero no se trata de una ropa para andar en la calle y entrar y salir a conveniencia”.
Ramírez Reyes reconoció que todas las divisiones que hay en Morena tienen origen en la disputa de las candidaturas a gobernadores, presidentes municipales y diputados locales y federales, por lo que dijo es necesario piso parejo para todos y someterse a encuestas.
“Si se respetan los resultados para el reparto de candidaturas podremos salir adelante, de lo contrario habrá gente descontenta en cada una de las elecciones internas”, aseguró.
Aseguró que Morena debe entender que la unidad la representa Andrés Manuel López Obrador y su programa de 100 puntos, pero que muchos olvidan que López Obrador ya no está en el partido y después dejará el gobierno “y entonces nos quedaremos sin unidad partidista y esos temas deberán discutirse después del 2021”.
Reconoció que en estos momentos Morena va tarde en el proceso de selección de candidaturas en algunos estados y municipios donde todos están en en desgreñe.
Dijo que en el caso Quintana Roo, los presidentes municipales y diputados locales emanados de Morena no han entendido el llamado de López Obrador de separar el ejercicio de gobierno de la candidaturas.
El partido debe ser garante que no intervenga la estructura del gobierno federal que algunos usan en los programas sociales y también en los gobiernos municipales.
Dijo que en el Congreso los diputados locales de Morena no han actuado como grupo parlamentario y menos lo han hecho bajo la coordinación de una dirigencia estatal y nacional “donde se ha visto que el diálogo está roto”.
“Parece que no hay voces, además de la del gobernador, que decidan sobre la línea que debe discutirse. Todo gobernador lo debe hacer pero también debe haber un partido que decida en forma colectiva en torno a las decisiones que se tomen”, afirmó.
El aspirante a la dirigencia nacional de Morena se pronunció a favor de investigar las acusaciones que pesan sobre los presidentes municipales de su partido “porque además de que son faltas como gobernantes, las fallas son como militantes y en los estatutos existe la obligación de que los miembros de Morena sean honorables y si no lo son el partido debe investigar, señalar y en su caso expulsarlos e impedir que asuman cualquier responsabilidad y en un caso extremo que haya vicios de corrupción muy claros, es el partido que debe dar vista a las Fiscalías”.
El partido no puede quedarse callado,ya que de lo contrario podría quedar como cómplice silencioso de las administraciones, afirmó.
Afirmó que a los gobernantes de Quintana Roo y en todo el país les interesa que Morena esté débil porque así nadie los ve y lo único que tienen para vigilarlos son los poderes superiores que a veces se aprovechan de esa situación para transigir con ellos a cambio de no señalarlos, procesarlos y en otros muchos casos ni los ven y tienen toda la libertad para actuar”.
Ramírez Reyes afirmó que si en lugar de la eterna pugna por delegados enviados desde el centro, que respondan a tal o cual grupo como ha sido los conflictos más recientes en Quintana Roo “que si se le entregó el partido a alguien, que si el de finanzas es de un cierto grupo vamos a ir siempre al mismo lugar fracasado. Si al contrario empezamos a renovar dirigencia por encuestas y que la militancia se movilice presentando proyectos de partido que sean mejor evaluado vamos a cambiar la serie de incentivos para que sigan influyendo esas propuestas”.
Al hablar del panorama general para Morena reconoció que se ha perdido el contacto con las bases, sindicatos y organizaciones ciudadanas y si no retoma el rumbo la sociedad puede darles la espalda.
Dijo que en estos momentos deben establecer una estrategia para cuando López Obrador deje de ser presidente de la República lo cual no están haciendo. (Noticaribe)