CANCÚN, MX.— Fundada en 1546, Zacatecas, conocida como la civilizadora del norte, ocupó un lugar preponderante para la corona española al ser un sitio de abundancia y riqueza surgida de sus minas. Hoy en día ese auge económico se puede observar en majestuosas construcciones, la mayoría de cantera rosa, característica primordial de la arquitectura de la región.

La Catedral Basílica es un claro ejemplo. Construida en el siglo XVIII, fue dedicada a la Virgen de la Asunción. Actualmente es uno de los lugares más populares y fotografiados de la ciudad por ser uno de los más destacados ejemplos del arte barroco en México.

El templo tiene tres naves y tres fachadas, entre las cuales sobresale la principal por la complejidad en la decoración elaborada con esculturas dedicadas a diferentes santos. El retablo central está cubierto con hoja de oro de 24 quilates y fue realizado por el escultor Javier Marín.

El Teatro Fernando Calderón fue construido en 1832 ante la creciente necesidad de un espacio que albergara los múltiples eventos culturales que se realizaban en la ciudad. De estilo neorenacentista, evoca a la arquitectura italiana o francesa, tanto en decoración como construcción tipo herradura.

El Hotel Quinta Real es un lugar que conjuga la arquitectura moderna con una plaza de toros construida en 1866. El coso de San Pedro tuvo actividad taurina hasta 1975, y a partir de ahí comenzó la edificación de un sitio de hospedaje, que conserva su estructura original. El ruedo es en la actualidad un enorme patio, escenario de bodas y eventos de importancia. Los toriles fueron convertidos en elegante bar.

El centro histórico de la ciudad de Zacatecas, que el 8 de septiembre celebró 474 años de fundación, fue denominado Patrimonio Mundial en 1993 por su enorme riqueza arquitectónica e histórica. Recintos como el templo de Santo Domingo, la iglesia de San Agustín o el Palacio de Gobierno, son también elementos importantes.

Desde los primeros años de fundación, Zacatecas fue erigida con vocación cultural. Conocida como la Civilizadora del Norte en la época virreinal, fue un centro en el que se reunían innumerables muestras culturales y artísticas, lo cual se conserva hasta el día de hoy.

De hecho, la ciudad tiene el mayor número de museos en relación con el número de habitantes; alberga innumerables festivales dedicados a la música, la danza y el teatro; y resguarda entre sus tesoros obras de Dalí, Kandinsky, Miró, Picasso o Goya.

La esencia minera del estado permea en cada rincón y, para conocer este pasado, se instalaron diferentes espacios como la Mina el Edén, cuyo recorrido recrea el trabajo minero en el tiempo.

Las obras de arte elaboradas con minerales es algo que enorgullece a los artesanos zacatecanos, como las famosas arracadas jerezanas, elaboradas con delicados hilos de plata que al ser entrelazados forman piezas de enorme complejidad y belleza.

Zacatecas cuenta con el sello Safe Travels, otorgado por el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), el cual garantiza una reapertura de forma segura para los visitantes. (Infoqroo)

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