CANCÚN, MX.- Benito Juárez carece de un adecuado Atlas de Riesgo, que es la base para elaborar un plan correcto de desarrollo urbano, pues indica lo que se puede desarrollar y no, dijo Rubén Borau García, representante de capítulo Quintana Roo del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil A.C.
Recordó que en la administración municipal 2002-2005, cuando se desempeñó como director de Protección Civil, Benito Juárez fue el primer municipio de Quintana Roo en tener un Atlas de Riesgos, el cual estuvo vigente por mucho tiempo, pese a que se debe actualizar cada tres años.
Recordó que recientemente, Desarrollo Urbano le pidió revisar un atlas de riesgo, elaborado en 2016, basado en uno estatal, mal hecho, que les urgía presentar para no perder los recursos que asigna la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Aunque insistió en que no se puede trabajar con ese modelo, pues no cumple con ninguna de las normas, el Cabildo de Benito Juárez lo aprobó e, incluso, ya fue hasta publicado en el Periódico Oficial.
“Hoy se tiene un Atlas de Riesgo municipal obsoleto, que no cumple ninguna de las normas de 2018, pues para empezar fue hecho en 2016. Si eso lo van a utilizar como base para el plan de Desarrollo Urbano, estamos perdidos”, enfatizó.
Invitado al programa “La primera del viernes”, explicó la importancia que tiene el Atlas de Riesgo, pues es la base específica para todo, de ahí uno sabe qué se puede desarrollar y que no. Es herramienta básica para elaborar un programa de desarrollo urbano.
“Es una radiografía completa de los peligros, las vulnerabilidades y el valor de riesgos de las ciudades, poblaciones y comunidades”, subrayó.
“Uno bien hecho indica qué peligros hay y su magnitud, la vulnerabilidad de su población. El de ahora está mal hecho y se lo demuestro a quien quiera con documentos internacionales y toda la nueva línea que se maneja actualmente”, enfatizó el coordinador de asesores de la Asociación de Profesionales en Protección Civil de la República Mexicana.
Al recordar el trabajo realizado en la administración de Juan Ignacio “Chacho” García Zalvidea, dijo que mostraba, por ejemplo, la gasolinera a la entrada de la zona hotelera e indicaba, mediante círculos, el área de afectación que podría causar si se diera una explosión con los tanques al cien por ciento, al 50 o 40; detalla las zonas inundables, calle por calle y cuánto subiría el agua con precipitaciones de diversa intensidad.
También mencionó que un Atlas de Riesgo debe ser actualizado cada tres años, pero puede ser cada cinco en poblaciones donde no se tengan desarrollos urbanos intensos.
Borau García aclaró que un Atlas de Riesgo no prohíbe, alerta que hay riesgos e indica bajo qué reglas se debe construir, y es ahí donde viene el problema con los desarrolladores que se quejan que eso implica aumento en sus costos. (Infoqroo)