El 18 de septiembre de 1970, a los 27 años de edad, muere Jimi Hendrix en el Hotel Samarkand de Notting Hill, Londres, a causa de una sobredosis de barbitúricos.

Paradójicamente, influye aún en el rock. “Es como el Cid, sigue ganando batallas. No hay duda. Le han dado reconocimientos y premios post mortem. Ahora su música se escucha más que antes; sobre todo entre los chavos”, asegura Carlos Arturo Flores Villela, académico del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades.

Su trayectoria resulta interesante porque es un músico estadunidense, negro, blusero y rockero, que triunfa en Londres, apunta el sociólogo universitario. “Chas Chandler, el bajista de The Animals, ya separado de ellos, se lo lleva a Londres después de oírlo tocar en un club del Greenwich Village de Nueva York. Buscaba quien grabara la famosa Hey Joe, de Tim Rose, misma que Hendrix tocaba cuando lo escuchó. Después se le acercó, le dijo ‘te voy a llevar a Londres’, y Jimi respondió con una pregunta: ‘¿Me vas a presentar a Jef Beck y a Erick Clapton?’”.

Lo fascinante de la anécdota es que muestra la preocupación por conocer a Beck y a Clapton. Para él eran los grandes guitarristas. Llega a Londres en septiembre de 1966. Está en pleno apogeo el Swinging London; es la capital cultural del mundo (música, cine, moda…) es el mejor momento de esa ciudad. Incluso, el Mundial de Futbol acaba de realizarse ahí.

“Ya está integrado Cream y Erick Clapton es el god musical de los ingleses. Hendrix llega y les pide echarse la paloma. Empieza con Killing floor de Howlin’ Wolf, y Clapton queda paralizado, lo mató (eso dice un testigo: ‘es el hombre que mató a Dios’). Después nada volvió a ser igual, su vida cambió completamente.

“Recordemos que son los años 60 del siglo pasado, el contexto es de experimentación musical. Los Beatles están grabando el álbum Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Todo mundo está experimentando. Frank Zappa está con sus Madres de la Invención. “De pronto llega este hombre, un virtuoso de la guitarra, y se suma a Elvis, a los Beatles y a los Rolling Stones, quienes cambiaron el rumbo de las cosas. Hendrix con su guitarra se convirtió en un antes y un después en el rock. Eso es indudable.”

En septiembre de 1966 toca en el club The Scotch of St James, de Londres. Van a verlo algunos rockstar y quedan impresionados. Se dan cuenta que tienen enfrente a un fenómeno.

Sólo cuatro discos

Hendrix hace con la guitarra lo que nadie antes. Primero, como todos los músicos, copia cosas que había visto en otros lados; por ejemplo, tocar con los dientes, algo común en lugares bluseros como Tennessee. Después explota esos juegos en el rock, modifica el panorama y crea un estilo de tocar. “Mortal”.

“Otra singularidad en su trayectoria es haber grabado sólo cuatro discos LP. Después tiene una discografía amplísima, recogida de sus conciertos en vivo, de sesiones de grabación que fueron interrumpidas. Puede decirse que la influencia de este tipo, a partir de ese momento, es definitiva en todos los ámbitos del rock”, reitera Flores Villela.

“El problema con su muerte es que se cerraron quién sabe cuántos caminos para el mundo del rock. En cuatro años modificó todo. ¿Hacia dónde hubiera llevado al rock, con los desarrollos tecnológicos, con su misma práctica de la guitarra? ¿Quién sabe qué hubiera hecho este hombre? Es entrar en el terreno de la especulación.”

Otra vertiente del guitarrista recae en el uso de los complementos electrónicos. “No estoy seguro de que haya sido el primero en hacerlo; muchos piensan que así fue, pero creo que ya lo habían usado los Cream”, aclara el experto.

“Él viene básicamente del blues sureño (sus influencias son Muddy Waters, Little Richard, Willie Dixon) y se hace presente cuando esos aditamentos tecnológicos (pedal wah-wah, reverberación, el feedback guitarras), son parte del sonido. Lo que hace es llevarlos a un nuevo espacio. Este hombre llegó y dijo: ‘okey, todos manejamos esto, pero yo lo hago así’. Y lo hacía como nadie, según parece. No hay forma de que no innovara.”

Era un tipo que rasgueaba la guitarra como si estuviera tocando el piano, usando las dos manos en la pastilla eléctrica. Sólo con esa forma de tocar, innovó y revolucionó el uso del pedal wah-wah, el rever y más.

Es como el Cid, sigue ganando batallas… le han dado reconocimientos y premios post mortem.

De acuerdo con el especialista, un disco bien logrado entre la mínima discografía de Hendrix es Electric Ladyland (25 de octubre de 1968), “grabado en un momento de avance en términos musicales y en el dominio de la técnica para mezclar y producir. ¿Qué hubiera hecho dos años después? A lo mejor terminaba en la calle porque usaba drogas todo el tiempo. Creo que este es el problema de gente como él. Son geniales, pero con la presión de los conciertos se escapan en el alcohol y las drogas. ¡Entonces, todo el poder creativo que tienen revienta! Fue lo que le pasó a este hombre.

“La música es un fenómeno colectivo, sobre todo el rock. Todos los rocanroleros están atentos a lo que pasa en ese ámbito donde surgen ideas que recogen con su sensibilidad y su capacidad de creación. Eso es lo que tiene alguien como Hendrix, con esta formación, incluso no formal, revoluciona en dos años ese panorama musical. Pone a temblar al resto de los guitarristas del mundo.”

Desde que la hizo en Londres en 1966 hasta su muerte y durante los 50 años siguientes ha seguido influyendo en el rock. “A cualquier guitarrista en algún momento alguien le va a decir: ‘tienes que escuchar a Jimi Hendrix’. Le van a sugerir escuchar con atención a Muddy Waters, a Key Richard, a Clapton, y dependerá de la sensibilidad de cada quien para tomar influencia. Es evidente, la de Hendrix se mantiene en la guitarra desde los años de experimentación. Llegó y de un plumazo o de un guitarrazo, en menos de dos minutos mató a Dios”.

“Puso una cota muy alta. Lo lamentable de casos como este o el de Jim Morrison y Janis Joplin, quienes fallecieron en circunstancias similares (a los 28 años los primeros y a los 27 la Bruja Cósmica), es entrar al terreno de la elucubración: qué hubieran hecho si siguieran vivos. Pero queda claro que en el caso de Hendrix quién sabe cuántos caminos se cerraron, porque la experimentación estaba ahí, como en todos ellos. La capacidad musical que tenía era de sorprender (eso lo dice Clapton), independientemente de que tocara con los dientes o de espalda, eso es lo de menos. Esas virtudes siempre implican cambios fundamentales en la música.”

Sólo un genio

En cuanto a si un punto alto de la trayectoria de Hendrix fue el Festival de Woodstock, el investigador señala que en la socorrida película de Woodstock (1969) además de la música, sobresalen las entrevistas al público, a los organizadores, etcétera.

“Quienes escucharon The Star-Spangled Banner, el himno nacional estadunidense, interpretado por este rockstar quedaron alucinando. Al distorsionar y modificar el sonido para que sonara como un campo de batalla tuvo que relacionarse en ese momento con la guerra de Vietnam. Hendrix dijo que no era su intención, pero la gente lo recibió como una denuncia. Ese es, quizá, un momento emblemático en la historia de conciertos de rock. El impacto que tuvo fue impresionante. Son cosas que sólo un genio puede hacer.”

Por último, Flores Villela considera que la rola Electric Lady Land es una obra maestra. “Difícilmente se iguala a compositores como Lennon y McCartney o Brian Wilson de los Beach Boys o Keith Richard y Mike Jagger de los Stones, pero hay que tomar en cuenta que este hombre sólo hizo cuatro discos, en realidad tres, y muchos eran covers de blues que era lo que gustaba, pero quién sabe qué más hubiera podido hacer si no muere”. (Fuente: Rafael López | Gaceta UNAM)

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