CANCÚN, MX.- Si hay algo de lo que se puede presumir es el talento y creatividad del pueblo mexicano y Mata Ortiz, poblado chihuahuense, es claro ejemplo de eso por su reconocida alfarería, catalogada actualmente entre la cerámica más fina del mundo.
Ubicado a 24 km al suroeste de Casas Grandes, esta comunidad de alfareros mantiene la técnica ancestral de los antiguos pobladores de Paquimé.
En este lugar, Frederick Stark Pearson, ingeniero estadounidense estableció el aserradero más grande del mundo.
Reconocido internacionalmente por la calidad de su cerámica, moldeada a mano con barro de sus montañas, tinturas minerales, pinceles hecho con cabello humano, cocidas a fuego vivo, y previamente decoradas con inspiración en las antiguas culturas que habitaron el valle, así como nuevas expresiones e innovaciones en el diseño.
Hace unos 50 años, Juan Quezada Celado, alfarero mexicano pionero en la fabricación de cerámica inspirada en la cultura prehispánica, apasionado por los pedazos de cerámica que se encontraban al excavar los montículos aledaños al pueblo de Mata Ortiz, se propuso estudiar la técnica de hace más de 600 años, después de experimentar diferentes métodos logró una reproducción perfecta.
Es tanto el talento concentrado en esta población de más de 450 alfareros, que en un radio de 800 metros hay numerosos artesanos, reconocidos con premios nacionales.
El nombre de Juan Mata Ortiz se le dio a la comunidad en 1925 en recuerdo del militar chihuahuense que combatió en el Siglo XIX con las tribus de apaches de la región. (Infoqroo)