Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.- En Yucatán, catalogado como el estado más seguro, una mujer denuncia que fue víctima de trata y prostitución desde los 12 hasta los 18 años y aunque pudo huir, hoy las amenazas han regresado por parte de las personas que fueron sus victimarios, incluso ya fue golpeada y estuvo a punto de ser secuestrada, pero las autoridades estatales hacen oídos sordos a su caso.
La mujer que, por su seguridad, optó por guardar su identidad, compartió para Noticaribe que su mamá tenía problemas con las drogas, por lo que a ella y su hermana menor, las dejó en manos de su tía.
Al cumplir 12 años, su vida dio un giro por completo, puesto que a esa edad fue abusada sexualmente por un hombre de casi 50 años, con el consentimiento de su tía, quien recibió dinero a cambio.
“Un 30 de octubre, cuando cumplí 12 años me presentó con un conocido suyo de nombre Bernardo. Me llevaron a Plaza Dorada, me compraron ropa. Era la primera vez que lo veía. Saliendo de la plaza fuimos a comer y al terminar, mi tía y él se quedaron hablando, yo no escuché nada, pero después me llevaron a un motel llamado Paraíso. En la habitación él me comenzó a tocar y después tuvo relaciones conmigo”, relató.
Aunque recuerda haber puesto resistencia, no fue suficiente, pues Bernardo la forzó y así comenzó el infierno para ella.
“Esa vez mi tía se quedó esperando en el estacionamiento del motel y antes de entrar sólo me había dicho que tenía que ser amable con Bernardo y agradecerle. Cuando salimos de la habitación, él le dio dinero a mi tía, no vi la cantidad, pero sí recuerdo que ellos platicaron como si nada hubiera pasado”.
La joven que hoy en día tiene 21 años, compartió que por poco más de cinco años, su tía la tuvo amenazada y no podía hablar con nadie sobre lo que vivía.
“Después de que Bernardo abusara de mí, en el transcurso de los meses fueron más personas con las que me llevaba mi tía. Recuerdo que también me llevó con varios funcionarios públicos y con personas con puestos muy altos de diferentes sindicatos. Algunos, abusaban de mí también analmente”.
Desde los 12 años dejó de asistir a la escuela, pues su tía le decía que no era necesario.
“Mi tía era bailarina en un lugar que se llamaba La Herradura y de otro, El Tívoli, ahí conocía a los clientes con los que luego me llevaba. Yo tenía que tener relaciones diariamente con personas, incluso cuando estaba menstruando”.
Incluso recuerda que las personas con las que la llevaba su tía, ocupaban también puestos gerenciales en diversas empresas y podían pagar por sus servicios entre 500 y mil pesos.
Hombres, como Bernardo, buscaban tener relaciones con ella con frecuencia y su tía agendaba los encuentros a tal grado que también la llevaba a Campeche y Tabasco para que la entonces adolescente fuese explotada sexualmente.
Ni en hoteles de Yucatán ni en los estados mencionados, jamás se acercó alguien a preguntarle cómo estaba, aun cuando era evidente su minoría de edad.
Fue hasta los 18 años cuando ella pudo escapar de casa de su tía con la complicidad de un taxista, justo cuando se dirigía a prestar un servicio.
La decisión de huir fue porque habían sido años dolorosos para la joven y a la par, también uno de los hijos de su tía, la obligaba a prostituirse, para él también obtener dinero a costa de su sufrimiento físico y emocional.
La explotación sexual a la que fue sometida fue tanta que se embarazó en seis ocasiones como producto de las violaciones que vivía; además de ser una adolescente cuando pasó, su tía la hizo abortar todas las veces.
El infierno no termina
A los 21 años, ella consideraba que ya la pesadilla había terminado, pues hoy tiene una pareja y una hija de dos años, con quienes ella intenta borrar las huellas del pasado, sin embargo, a través de las redes sociales de su negocio, Bernardo la contactó.
“Me mandó un mensaje, le dije que iba a poner una denuncia y él me respondió que ya vería quién saldría perdiendo”.
Fue posteriormente cuando Bernardo publicó fotos suyas desnuda cuando era menor de edad.
“Eran fotos que me tomaba mi tía para mandárselas a sus amigos, sabía bien que ella se las había dado”.
Tras estos hechos, acudió el 4 de agosto a la Fiscalía General del Estado para interponer una denuncia por la publicación de estas fotos y la joven también aprovechó el momento para tratar de denunciar lo que vivió años atrás; no obstante, las autoridades locales se negaron bajo el argumento de que ya había pasado mucho tiempo.
La joven ahora teme por su vida porque 15 días después de la denuncia, intentaron secuestrarla y ella logró ver que se trataba de Bernardo y su primo. Aún con este hecho, como respuesta recibió que no podían detener a nadie por falta de pruebas.
Fue así que el 22 de septiembre, ella interpuso otra denuncia, ya que un sujeto entró a su casa y la golpeó hasta fracturarle las costillas, le fisuró la muñeca y le dejó golpes en diversas partes del cuerpo, por lo que se abrió la carpeta de investigación 000015/20020.
“Hasta ahora, policías dieron rondines en mi casa por siete días nada más, pero me dijeron que no podían hacer nada y sólo levantaron un reporte”.
Después de todo lo que ha vivido, la joven decidió alzar la voz y denunciar públicamente su caso, además porque hasta donde sabe, su hermana menor está siendo víctima de lo mismo que ella sufrió y tiene conocimiento de que otra integrante de la familia también.
“Yo he sentido miedo y de cualquier cosa que me llegara a pasar, responsabilizaría a estas personas. Temo por mi vida y por la de mi familia. Ya he recibido amenazas de muerte para que retire mis denuncias, pero no he tenido mucho apoyo por parte de las autoridades”, denunció.
Es preciso mencionar que hoy, activistas y miembros del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, el Observatorio Ciudadano Nacional de Violencia, la Red de Abogadas Violeta y Todas Somos Fernanda, exigieron a las autoridades estatales que este caso sea resuelto y no quede impune.
Cabe señalar que de acuerdo con un reporte elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en 2019, las Procuradurías y Fiscalías Generales, en los ámbitos estatal y federal, identificaron a nivel nacional a cinco mil 245 víctimas de los delitos en materia de trata de personas y las niñas y mujeres representan un porcentaje mayor de víctimas, con un 85%.
Además, el 27% de las víctimas se trata de niñas y niños en el país y el Instituto Nacional de Migración (INM) reportó que fueron más de 100 víctimas extranjeras identificadas en Aguascalientes, Chiapas, Campeche, Chihuahua, Ciudad de México, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Tabasco, Tampico, Veracruz y Yucatán. (Noticaribe)