CANCÚN, MX.- Al sur de Coahuila, en medio del desierto, está Parras de la Fuente, un oasis rodeado de viñedos, nogales y calles históricas que invitan al turista a ser recorridas con tranquilidad.

Poblado de gran historia y tradiciones, que se conjugan no sólo en la arquitectura y gastronomía, sino también en una atmósfera que identifica a Parras de la Fuente como una experiencia inolvidable a mitad del desierto.

Fundado hace más de 400 años y beneficiado por los mantos freáticos que hacen de esta tierra una franja fértil en el desierto, Parras es famoso por su historia y vides. De hecho, ahí se encuentra la vinícola más antigua del continente: San Lorenzo, creada en 1597. También está Casa Madero, que surgió en 1893.

Tierra natal de Francisco I. Madero es un remanso de verdor entre el desierto y la sierra. Está dotado de abundantes manantiales y ofrece una experiencia completa que incluye exquisitos dulces de leche y un umbroso espectáculo de murciélagos al atardecer.

Incorporado al programa Pueblos Mágicos en 2004, en Parras de la Fuente se puede visitar el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe con su torre lateral de un cuerpo rematada por pináculos y las cuatro imágenes en azulejo de la Virgen de Guadalupe, que flanquean la entrada.

También está la cueva de los murciélagos, localizada en la parte trasera de la Antigua Hacienda del Perote, la cual alberga un manantial y unos 40 mil quirópteros.

Entre las principales festividades está la fundación de Parras, el 18 de febrero con danzas de Matachines y otros eventos. El 3 de mayo se celebra al Santo Madero, con misas, música y danzas. Igual destaca las fiestas de la Vendimia, el 9 y 10 de agosto, organizadas por Casa Madero, con juegos mecánicos, fogatas y toritos pirotécnicos. (Infoqroo)

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