Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.- Una obra que ha creado polémica desde su creación, como lo es el Paso Deprimido, ha costado al Ayuntamiento de Mérida 79.4 millones de pesos desde 2012, por lo que ahora se estudia la posibilidad de repararlo o cerrarlo y para ello, el Colegio de Ingenieros Civiles de Yucatán y miembros de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural en Yucatán (SMIE) ya comenzaron con la elaboración de un diagnóstico.
La obra que oficialmente lleva por nombre “Glorieta de la Paz”, ha sido polémica todo este tiempo, pues presentó daños un año después de su inauguración.
Este día, el alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha, detalló que se trata de una obra que a cada administración municipal le ha costado altos recursos.
“Esta obra ha presentado deficiencia en su diseño desde su origen y a las siguientes administraciones les ha tocado reparar daños y errores”, señaló.
Sobre la situación, el director de Obras Públicas, David Loría Magdub, indicó directamente que es una obra mal diseñada desde el inicio y esto ha implicado hacer reparaciones continuamente.
El paso deprimido fue inaugurado en 2011 y un año más tarde, el Ayuntamiento invirtió 64.4 millones de pesos, pues en aquel entonces se presentaron las primeras inundaciones.
Al año siguiente, es decir, en 2013, la obra presentó otras filtraciones y esta vez daños en las rejillas y para su reparación se requirieron de 700 mil pesos.
Para 2014, las lluvias provocaron su cierre y para poder ser abierto a los vehículos, las autoridades municipales destinaron 600 mil pesos.
Ese mismo año, el Ayuntamiento destinó otros 300 mil pesos, para reparar las líneas de desagüe.
Otros 200 mil pesos fueron invertidos en 2015, porque hubo fallas en las bombas y se generaban altos consumos de energía, generando un costo de 9.36 millones de pesos.
En este 2020, han sido casi dos millones de pesos en el desagüe del lugar porque con las tormentas tropicales y los dos huracanes, el nivel del manto freático aumentó y las inundaciones afectaron el concreto hidráulico, razón por la que el paso sigue cerrado a vehículos.
En ocasiones anteriores, Barrera Concha ha declarado que los únicos panoramas que se vislumbran para la zona son tres: que sea reparado, clausurado o que se deje como está.
“Sobre todo, necesitamos solucionar el embotellamiento que hay, porque antes de las inundaciones, en la zona había fluidez en tres carriles, porque eran dos subterráneos y uno en la superficie, pero ahorita sólo hay uno”. (Noticaribe)