Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- En marzo se cumplirá un año desde que en Yucatán se dio la orden de restringir las visitas a los Centros de Reinserción Social (Cereso), para evitar que surjan contagios por coronavirus (COVID-19), situación que causa tristeza tanto en familiares como en las más de mil 500 personas que están internas en los sitios.

A pesar de que Yucatán estando en semáforo epidemiológico color naranja ya comenzó con una reactivación económica e incluso el gobernador Mauricio Vila Dosal ha hablado de que hay un 96 por ciento ya activado, pero no se ha mencionado si los Ceresos ya pueden recibir visitas.

La contingencia sanitaria ha ocasionado que las personas privadas de su libertad hayan dejado de recibir visitas a pesar de que sí les llegan productos por parte de sus familiares.

Esta situación ha ocasionado que familiares comiencen a exigir la entrada a las instalaciones, pues ya han pasado meses sin ver los rostros de sus hijos, padres, hermanos, esposos.

Incluso, en estas pasadas fechas decembrinas no recibieron visitas, a pesar de que años anteriores se realizaban pequeños convivios.

Al respecto, Francisco Brito Herrera, director del Cereso, dijo que la única forma en la que mantienen comunicación las personas internas con sus familiares es a través de llamadas telefónicas, pero hasta el momento no hay fecha para autorizar las visitas aun con los protocolos sanitarios.

En el último reporte emitido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el mes de diciembre, se hablaba de 48 personas contagiadas por COVID-19 en el Cereso y cinco defunciones a causa del virus. (Noticaribe)

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