PLAYA DEL CARMEN, MX.- La popularidad internacional de la Riviera Maya, en especial de Playa del Carmen, se atribuye a sus bellezas naturales, en especial sus playas y mar turquesa, la cercanía con Cancún y Tulum y la infraestructura de servicios sobre la que se apoya.

Al empezar el despegue turístico de la zona a esta cabecera municipal se le dotó con un espacio que pronto se volvió popular e icónico porque ofrecía comercios, cultura, gastronomía y otros atractivos en un mismo andador: la Quinta Avenida, que aportaba vida, color y diversión con más de mil establecimientos comerciales, hoteles, restaurantes, cafeterías, bares y plazas en esa zona peatonal y calles adyacentes.

Sin embargo, lo que hasta hace poco más de un año se consideraba uno de los principales atractivos de Playa del Carmen, cuyo éxito dio pie a que la zona comercial se extendiera hacia el norte, con nuevas tiendas, restaurantes, bares y demás establecimientos exclusivos, es hoy un lugar polvoriento, lleno de escombro y con numerosos negocios cerrados, con una imagen totalmente negativa para el turismo.

Esa situación ahuyenta no sólo a los turistas, sino también a los inversionistas interesados en la Quinta Avenida.

Mala imagen turística

Desde hace meses los visitantes que llegan a esa avenida, que corre paralela a la playa a poco más de 100 metros, se encuentran con un panorama totalmente distinto al que refieren las guías turísticas. Pocos se atreven a recorrerla, pero otros deben hacerlo para llegar a la terminal marítima de Navega, a fin de trasladarse a Cozumel.

Esa situación ahuyenta no sólo a los turistas, sino también a los inversionistas interesados en la Quinta Avenida, quienes prefieren aplazar o llevar a otro lugar sus proyectos para abrir un negocio o desarrollar inmuebles que puedan rentar a los turistas.

“Es una situación caótica, que refleja falta de previsión y planeación de la autoridad municipal, que en mayo del año pasado ofreció, de no existir afectación por la temporada de lluvias, los trabajos estarían listos en 60 días”, comentó uno de los empresarios de la avenida.

El proyecto, en el que se invertirían 117 millones de pesos, entusiasmó y tuvo el respaldo de la directiva de la Asociación de Comerciantes de la Riviera Maya y de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco-Servytur) de Playa del Carmen, quienes respaldaron a la presidenta municipal Laura Beristain Navarrete porque consideraban necesario modernizar y renovar la imagen de la zona turística, que desde hace varios años no había recibido mantenimiento.

Las obras de remodelación iniciaron en mayo del 2020.

Plazos incumplidos

Sin embargo, el plazo llegó a su fin (la idea era aprovechar la temporada baja, agravada por la pandemia de la covid-19) y lo que se presentó como una opción para atraer a más visitantes durante la temporada alta de invierno se tornó en una pesadilla.

A principios de septiembre pasado, David Duarte Castilla, secretario de Ordenamiento Territorial Municipal, dio un nuevo plazo: “Pensamos tenerla lista para finales de este mes de septiembre (…), con sus árboles, con sus registros, su sistema de alumbrado con el mobiliario urbano que va a tener, esperemos que, a fines de este mes, el proyecto esté listo para recibir a los miles de turistas que la transitan y también a la gente local que ya lo hace”.

El proyecto abarca el tramo de la avenida Primera Sur a la Constituyentes, el de mayor tránsito, e incluye el remozamiento del Parque Fundadores, que es paso a la terminal marítima.

Sin embargo, en la tercera semana de ese mes, mediante un comunicado, Beristain Navarrete se refirió al avance de las obras, los pendientes y fijó un nuevo plazo: enero de 2021, lo que implicó para los empresarios perder la temporada de fin de año y el arranque de la invernal.

Atrasos y mala calidad

Como presidente del Consejo Coordinador Empresarial de la Riviera Maya, Lenin Amaro Betancourt ha encabezado una serie de protestas no sólo por el atraso en los trabajos, sino también por la calidad de los materiales empleados y fallas estructurales.

A mediados de noviembre, junto con empresarios y representantes ciudadanos, recorrió parte de la zona donde se trabaja y reportó que las baldosas empezaron a fracturarse debido a la mala calidad de los materiales.

Según dijo, de los 700 pequeños y micro negocios censados, 100 se mantenían cerrados temporalmente por el tema de la pandemia y otros 50 definitivamente por la misma causa y por las obras, lo que representaba cerca de 700 empleos perdidos. (Infoqroo)

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