Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.- Se considera a sí mismo un ‘Taco lover’ y un ‘chocoteco’, primero por su gusto y amor por los tacos, parte fundamental de su carrera y lo otro por haber crecido entre Tabasco y Yucatán. Así, Manuel Correa, es un joven chef que destaca por su talento culinario en Dubái.
“Me encantan los tacos, me gusta comer tacos, me gusta hacer tacos, además representa mucho a nuestro país y de los tacos nace mi pasión por cocinar”, compartió el joven en entrevista para Noticaribe.
A sus 27 años, Manuel vive en Dubái, país de los Emiratos Árabes Unidos y que ha destacado por temas en arquitectura moderna y los lujos que transmite.
Él nació en Cárdenas, Tabasco, aunque su mamá y papá son originarios de Yucatán.
Manuel vivió en Cárdenas durante 10 años y en Villahermosa otros cinco para después migrar a Mérida, en donde estudió preparatoria y la carrera de gastronomía en la Universidad Felipe Carrillo Puerto.
“Desde muy chavo quería estudiar cocina. Mi mamá y papá tuvieron un negocio de comida, vendían tacos de guisado. En las mañanas, desde muy temprano, mi mamá se levantaba a cocinar mientras yo me preparaba para ir a la secundaria y yo quería quedarme en casa con ella. Desde ahí nació mi pasión por la cocina”, recordó.
Antes de ser chef, trabajó en taquerías lavando trastes o picando cebolla y cilantro, principalmente.
Al paso del tiempo, al terminar la carrera, tuvo la oportunidad de laborar en un restaurante llamado Almíbar, en Mérida, perteneciente al chef Roberto Solís. Posteriormente trabajó como jefe de cocina en un restaurante de Grupo México.
“Gracias a esta experiencia, me abrieron las puertas en otros lugares”, afirma.
De esta manera, Manuel subió su currículum vitae a una plataforma de ofertas laborales y fue así como lo contrataron en un restaurante llamado ‘María Bonita’, en Dubái.
En aquel país, hay tres restaurantes con este nombre, pero él labora en el que tiene 19 años de antigüedad.
Él sospecha que trabajar en este país, a diferencia de quienes trabajan en Estados Unidos, es mejor porque los latinos son bien recibidos en Medio Oriente.
“Hay mucha gente de otros países muy cercanos como India, Pakistán, Filipinas y otros, pero los latinos somos muy pocos, aunque considero que sobresalimos porque nos tienen considerados como que trabajamos duro y los árabes, por ejemplo, prefieren contratar a gente latina para sus proyectos, así que me he sentido bastante cómodo”, compartió.
Al ser muy pocas las personas mexicanas en Dubái, sí se conocen entre sí la mayoría y sobre todo, se ha topado con quienes son originarios de Tabasco, Yucatán, Monterrey, Veracruz y Guerrero, principalmente.
La mayor parte de las personas que conoce y que son mexicanas, trabajan en restaurantes, aunque hay quienes se dedican a ser community manager, o se desempeñan en áreas de recursos humanos, marketing digital y otros.
Incluso, recientemente abrió un Cinépolis en el país y ahí también encontró a gente mexicana que ya había conocido antes en Ciudad de México.
En relación a la cultura gastronómica que Manuel comparte en el restaurante en el que trabaja, menciona que cocina a base de cacao y mariscos y ha compartido platillos como horneado y maneas, para recordar y dar a conocer un rasgo de Tabasco.
El dato curioso sobre la comida yucateca es que a diferencia de Yucatán, no le es posible hacer cochinita con cerdo, sino sólo el guiso de la cochinita, pero usa pollo porque al ser un país musulmán, la carne de puerco está prohibida.
“De Yucatán retomamos la cochinita, panuchos, salbutes, sopa de lima y varios otros platillos, pero no usamos cerdo, así que preparamos cochinita de pollo o pato en pibil, por ejemplo, es decir, cambiamos la proteína y hacemos tacos de camarón al pastor o al poc chuc”, resaltó.
Tanto en Yucatán y Tabasco, el clima se distingue por ser caluroso, pero Manuel afirma que en Dubái es el doble, pues alcanzan temperaturas mayores a los 50 grados, por lo tanto, los días calurosos, prefiere no salir tanto.
Sin embargo, cuando sale, se dedica a conocer sitios en los que pueda probar un nuevo platillo de una nacionalidad distinta cada vez.
Durante su estancia, ha notado que la comida mexicana tiene algo de similitud con la de medio oriente, por ejemplo, los tacos al pastor tienen parecido con un platillo llamado Shawarma, pues están también como en un trompo, pero en forma cilíndrica.
“Me la paso conociendo todo tipo de comida. He aprendido mucho de las personas que trabajan conmigo porque se hace una comida del personal y cada uno cocina cada día, entonces comparten comida típica de su país”, contó.
El joven afirma que se siente afortunado de conocer otro país, otras culturas y la experiencia que esto conlleva es gratificante.
De esta manera, invita a jóvenes que tienen una meta por perseguir, que sean persistentes para lograrlo paso a paso. (Noticaribe)
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