Prohibidos o incentivados, casi tan antiguos como la propia existencia humana, los juegos de azar siempre han acompañado la vida social. Desde las primeras civilizaciones de las que se tiene registro hasta hoy, lo que ahora conocemos como juegos de casino captaron la atención de innumerables personas.

En nuestros días, cuando Internet ha permitido que se acceda a ellos en cualquier momento y lugar, son una pasión para multitudes.

Tan antiguos como la historia misma

Hay registros de los primeros juegos de azar en Asiria y Sumeria. Ya desde el 2.600 A.C. estas civilizaciones utilizaban un hueso del talón de algunos animales (el “astrágalo”) tallado de modo que cayera en cuatro posiciones diferentes. Es el antecedente del dado que se utiliza hoy.

Los egipcios habrían sido los primeros en crear un dado de seis caras. Con él hacían juegos muy populares en su tiempo, según los indicios encontrados en papiros y jeroglíficos de aquella civilización.

Otros testimonios indican que en el 3000 A.C. se inventaron los dados, en China. Tenían 6 caras, pero una forma no del todo regular, más grandes que los actuales. También se encontraron entre las ruinas de la antigua Roma, donde los emperadores dictaminaron que sólo podía jugarse con ellos en las fiestas en honor al Dios Saturno.

Aunque también hay datos de hasta 5000 años antes de Cristo, en Persia, y en mitología griega se menciona una batalla entre dioses que se originó por una partida de dados. Allá por los años 3000 A.C, en China ya era habitual jugar por diversión y por dinero, y con la creación del papel y la tinta, surgieron las primeras cartas y los juegos con ellas.

Aparecen los casinos

Esas primeras cartas se pintaban a mano, y llegaron a occidente en alguno de los viajes a través de la “Ruta de la seda”. Claro que en la edad media los juegos de azar fueron estigmatizados por las jerarquías religiosas, pero tolerados entre las clases dominantes. A partir de 1440, la invención de la imprenta permitió la impresión en serie, y los juegos comenzaron a popularizarse.

No fue una evolución lineal, ciertamente. Abundaron las prohibiciones, y los juegos iban retrayéndose a las casas de los más pudientes.

En 1638 y en Venecia, Italia, se abrió el primer casino público, llamado “Ridotto”. Pronto se inauguraron más de 100 en todo el país, y promediando el siglo XVIII se inventaba la ruleta. Pero entonces se reforzaron los controles sobre todos los Juegos de casino y en la mayoría de los países europeos se los prohibió.

Los apostadores siguieron jugando a escondidas hasta el fin de la segunda guerra mundial. Luego, los casinos reabrieron y se crearon nuevos espacios lúdicos. Hoy las apuestas online están en auge, gracias a Internet, donde se puede apostar y tener fácilmente los resultados.

Ha sido un largo camino el de estos divertimentos, y seguramente su evolución acompañará a la de toda la sociedad. (Noticaribe)

 

 

 

 

 

 

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