CHIAPAS, MX.- Luego de cuatro días de búsqueda, agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) y su familia localizaron a la joven Ingrid Rocío Díaz Cundapí, quien el pasado 1 de abril en las redes sociales denunció públicamente a su agresor –su padrastro- que por 10 años abusó sexualmente de ella, publicó Proceso.

La Fiscalía General del Estado dijo que logró localizar a la joven de 17 años que contaba con reporte de desaparición, por lo que fue trasladada a las instalaciones de esta Fiscalía para brindarle atención integral.

Luego de activar el Protocolo Alba y derivado de los trabajos de investigación e inteligencia, este lunes elementos de la Policía Especializada localizaron a la menor cuando se encontraba en el estacionamiento de la Clínica 23 del Instituto Mexicano del Seguro Social, ubicado en el Libramiento Norte Poniente de la capital chiapaneca.

La menor fue valorada y tras constatar que se encontraba bien de salud, fue trasladada a las instalaciones de esta Fiscalía para brindarle atención integral.

Eso informó la FGE, en tanto que fueron sus tías y primas quienes hallaron a la joven, luego de que ella se pusiera en contacto para salir de su escondite.

La joven pasó la noche del domingo en un albergue y este lunes continuará con su denuncia penal.

La joven se ocultó tan pronto como hizo su denuncia en redes sociales, ante el temor de que se cumplieran las amenazas de su padrastro Felipe Fernando “N”, quien durante 10 años abusó sexualmente de ella y la obligó a guardar silencio o de lo contrario le haría daño a ella y a su madre.

Cundapí, denunció que desde los 7 años y hasta hace poco, su padrastro abusaba de ella sexualmente, y aunque buscó ayuda con su madre nunca le creyó y siempre le dio la espalda.

Estos abusos se daban mientras su madre de profesión maestra, los dejaba al cuidado de su padrastro y ella se iba al trabajo por las tardes.

“Mientras él me violaba me decía que ya me traía ganas y que la estábamos pasando bien rico, y lo que él me estaba haciendo era algo normal de papá e hija”, narra la joven estudiante del Colegio de Bachilleres no. 13 de Tuxtla Gutiérrez.

La joven, quien decidió romper silencio, narró a detalle los abusos y refirió haber querido confiar en su madre, pero siempre le dio la espalda, nunca tuvo su apoyo y creía que ella mentía.

“Me tocaba cada que podía, se metía a mi cuarto y me violaba ya que el cuarto no tenía puerta”, escribió la joven en su red social. (Fuente: Proceso)

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