COZUMEL, MX.- La deuda pública se convirtió en los últimos 15 años en un lastre para los municipios, que limita su capacidad de inversión en servicios y obras que requiere la población.

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados considera, de hecho, que del cuarto trimestre de 2010 al tercero de 2017 la tendencia de crecimiento alcanzó su máximo nivel.

El Ayuntamiento de Cozumel no está exento del problema. Pedro Joaquín Delbouis, quien en 2018 asumió la presidencia municipal, lo hizo en un contexto financiero complicado, luego de que, en 2016, en la administración de Perla Tun Pech (2016-2018) el municipio tocó piso, al recibir de HR Ratings, una de las calificadoras de riesgo de mayor prestigio, una calificación de HRBB con perspectiva estable, la más baja en su historia.

HR Ratings, como otras agencias calificadoras de riesgo, evalúa el riesgo crediticio, es decir, la posibilidad que corre el inversionista de sufrir una pérdida o impago de una empresa o gobierno que emita instrumentos de deuda.

Ante esa situación de emergencia, el gobierno de Pedro Joaquín reordenó las finanzas e impuso controles estrictos del gasto. Su estrategia permitió que en 2019 la calificación diera un salto de nueve escalones en comparación con 2016, para llegar a HR BBB, con tendencia estable. Un año después avanzó tres escalones más, para ubicarse en HR BBB+, con tendencia estable y recién, el pasado viernes, la tendencia se modificó a positiva.

Esta es la mejor calificación obtenida en la historia por el Ayuntamiento de Cozumel desde 2011, cuando empezó a evaluarse su riesgo crediticio, y es especialmente destacable si se considera la crítica situación generada por la contingencia sanitaria, que trajo consigo el desplome en los ingresos del Ayuntamiento. A pesar de eso, el Municipio registró un Balance Presupuestario Superavitario gracias a medidas implementadas para contraer el gasto operativo.

La mejoría en la calificación crediticia se otorga por el acceso a la información y comunicación mediante diferentes medios que facilitan el análisis financiero; la recuperación proyectada en los Ingresos de Libre Disposición y, sobre todo, de una adecuada estrategia de saneamiento de sus adeudos históricos y pasivos contingentes de administraciones anteriores.

En ese punto destaca el convenio suscrito con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), primero de su tipo en el país, que dio certidumbre a los jubilados y pensionados del municipio.

Por otro lado, al incorporarse al Programa de Apoyo Financiero de Banobras, el municipio pudo diferir el pago de intereses de la deuda bancaria correspondientes a los meses de julio a septiembre del 2020 sin penalidad alguna, lo que permitió obtener una liquidez de 10 millones de pesos para poder atender las necesidades de la población derivadas de la pandemia de la covid-19.

La disciplina impuesta por Pedro Joaquín en las finanzas municipales es ejemplo para otras administraciones que sólo atinan a reestructurar sus pasivos y ganar un periodo en el que no pagan el servicio de la deuda, sin adoptar otras medidas que alivien la pesada carga que ésta representa.

Esa es la diferencia que marcó Pedro Joaquín, quien hoy se perfila hacia la reelección, gracias al trabajo desarrollado a favor de los isleños, quienes hoy gozan, además, de más seguridad y mejores servicios públicos. (Noticaribe)

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