Por Edgar Rodríguez Cimé

Hoy con el Apocalipsis -por la crisis ambiental: aumento del calor por el agujero en la atmósfera, deshielo de polos y Groenlandia, desaparición de islas, incendios en Canadá, Europa y China, concentración de riqueza en un 1 % mientras continentes mueren de hambre y enfermedades- coinciden filosofías de Occidente ( Noam Chomsky) y naciones indias (Atawalpa Oviedo): “la civilización basada en el patriarcado y el esclavismo se está cayendo y es necesario mirar hacia las sociedades antiguas que vivieron miles de años en armonía con la naturaleza”.

Ante esta decadencia, circula en las redes la voz de millones de personas de naciones originarias de América, África, Asia, Oceanía, Antártida y Nueva Zelanda, representada por el filósofo puruwa Atawallpa Oviedo Freire, director de la Escuela Superior Alteridad y coordinador del Movimiento del Buen Vivir Global, en contraposición del “american way of life”, destructor del ambiente sano, promovido en el mundo por el mandamás de Occidente: Estados Unidos. 

El “Buen Vivir” se basa en la filosofía de las civilizaciones antiguas de Asia y América, sobre todo de las seis consideradas “cunas de la humanidad”, por aportar al desarrollo del ser humano. Atawallpa denuncia -lo mismo que el lingüista norteamericano Noam Chomsky- lo ocultado por la ciencia de Occidente en los últimos 5 mil años:

La civilización occidental empieza con “el rompimiento de la unión sagrada entre Madre Tierra y seres humanos (desacralización), y el surgimiento de religiones monoteístas, empezando por la judía”. Esta civilización, construida sobre columnas del patriarcado y el esclavismo, está estructurada para sostenerse en la expoliación de la Madre Tierra y la sobre explotación del ser humano por un puñado (1 %) de ambiciosos sin humanismo. 

La historia arranca con el patriarca del monoteísmo judío, Abraham; se cimienta con la filosofía esclavista del griego Sócrates; se consolida con el positivismo del francés Augusto Compte; y se justifica “científicamente” con “la ley del más fuerte” del inglés Charles Darwin; aun cuando Margulis proponía lo contrario: “en vez de competencia entre los más fuertes”, mejor la cooperación, lo cual llevó a organismos “unicelulares” a convertirse -mediante la interacción mutua- en “pluricelulares”, para el desarrollo ulterior que posibilitó el surgimiento del “homo sapiens”.

¿Y la filosofía de las civilizaciones originarias? Para el hombre blanco, son animismo, magia. Sin embargo, como sostiene Atawallpa, hoy la vanguardia de la ciencia de Occidente “descubre” lo que sociedades antiguas conocían: la física cuántica (universo atómico invisible) “es impredecible”, en ella no existe el “determinismo” que se da en la macro física, lo cual le hace muy parecida a la filosofía de “las seis cunas de la humanidad” que heredaron los principales descubrimientos que permitieron la evolución: mesopotámica, egipcia, hindú y china, en Asia; y maya y quechua, en América. 

  Atawallpa, de la quechua, aclara “la colonización del continente americano se dio desde la conquista hasta 1960 por las élites blancas”. Sin embargo, “en los recientes 60 años quienes ocuparon el lugar de los “criollos”, en la moderna colonización, fueron “socialistas”, “curas rojos” y los mismos indígenas “blanqueados”, que se encargaron de “eurocentralizar” necesidades de poblaciones originarias.           

De esta forma, la historia de la civilización occidental: comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo, sobre la base de la explotación irracional de la Madre Tierra y la humanidad, nos está llevando al precipicio: la sexta extinción masiva de las especies. 

Aprendamos de las civilizaciones indígenas para salvar a la Madre Tierra y la humanidad.

 

edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx

colectivo cultural ‘Felipa Poot Tzuc’

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