CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Cuidar de la salud mental y emocional ante el próximo regreso a clases de niños y adolescentes es tan importante como usar cubrebocas y gel antibacterial para reducir el riesgo de contagio de COVID-19, consideran especialistas, publicó politica.expansion.mx.
El tiempo de clases a distancia podría llevar a los estudiantes, en especial a los más pequeños, a presentar algunos retrasos en su lenguaje y problemas de aprendizaje, pero el regreso a la escuela conlleva un cambio emocional.
Por ello será de ayuda que los padres, madres y tutores busquen comunicarse con los niños, señala Gabriela Cámara, presidenta de la asociación Voz Pro Salud Mental.
“Hay que aprender a escuchar, a preguntarles, ¿cómo te sientes con este regreso a clases?, ¿cómo te fue el día de hoy?, cuéntame algo bueno que te pasó este día o cuéntame algo que no te gustó”, sugiere.
“Lo mejor es que ellos se sientan seguros que tienen el apoyo de papá y mamá o de cualquier ser querido de la familia de que van a ser escuchados, de que pueden hablar de sus sentimientos, de lo que les pueda dar miedo o los pueda estar molestando”, señala en entrevista con Expansión Política.
Cámara señala que durante el confinamiento pudieron verse interrumpidas las rutinas y horarios de los niños y adolescentes, por lo que días antes de regresar a clases, el recuperar el orden en el día a día hará más fácil adaptarse a las clases presenciales.
Recomendaciones para ayudar al regreso a clases
- Concientizar y practicar medidas como el uso de cubrebocas.
- Hacer ejercicio: una actividad física, como bailar, al menos 30 minutos al día.
- Recuperar horarios: despertar, comer, estudiar, relajarse a la misma hora para recuperar la rutina.
- Ofrecer ayuda en caso de necesitar apoyo en sus materias.
- Cuidar la alimentación: reducir comida ultra procesada como refrescos y frituras, aumentar consumo de frutas y verduras.
- Hacer ejercicios de relajación para ayudar a regular el estrés, se pueden encontrar en línea.
Los estudiantes no solo tendrán que adaptarse a nuevas materias, maestros y compañeros, pues también podrían tener signos de estrés, ansiedad y depresión que aumentaron durante la pandemia, lo que no debe ser ignorado, destaca Cámara.
“Una depresión es una enfermedad real, igual que la ansiedad, igual que una infección intestinal o una diabetes”, señala la presidenta de Voz Pro Salud Mental.
Y añade que “hay que hablarlo, hay que platicarlo, hay que oír los sentimientos de nuestros hijos y quitarnos el miedo de escucharnos porque al contrario, los estamos ayudando si los hacemos sentir comprendidos y pueden contar con nosotros para juntos buscar la ayuda necesaria”.
María Rosa Palacios, psiquiatra de niños y adolescentes, considera que con el regreso a clases será importante dejar claro que se retornará a una “nueva normalidad” que implicará medidas preventivas a seguir ante la enfermedad del coronavirus.
“Es importante hacer énfasis en que las actividades van a cambiar mucho porque no van a ser los mismos estudiantes en el grupo, a lo mejor el contacto con los profesores va a ser limitado, tal vez van a tener que acudir a las escuelas sólo ciertas horas y regresar a casa.
“Ante la expectativa sí sería muy importante la comunicación sobre cómo es el plan de egreso ante las familias ya que muchas escuelas no tienen este tipo de comunicación con ellos”, señala la especialista.
Uno de los aspectos a observar, señala Palacios, es el uso de redes sociales ante el incremento del ciberbullying o acoso virtual a través de Internet.
“Aumentó el ciberbullying por el uso de estos aparatos electrónicos, entonces es muy importante seguir cuidando su uso a pesar de que ya no los usen tantas horas”, comenta.
Considera que es difícil determinar si el confinamiento es la causa de problemas de salud mental, pues es más probable que sean situaciones previas a la pandemia, pero agravadas por el estrés que provocó esta.
La psiquiatra recomienda a los padres y madres hacer un espacio diario para incentivar la comunicación.
“Algo que podría ayudar mucho es destinar unos minutos al final del día para hablar acerca de cómo estuvo el día, cómo fue el ánimo de los chicos y también preguntarles cómo se sienten con la socialización
¿Cómo saber cuándo buscar ayuda?
Estos son algunos de los signos que podrían alertar sobre la necesidad de pedir apoyo a profesionales.
- Cambios en la personalidad, pérdida repentina de interés en actividades que antes disfrutaban.
- Alteración de actividades básicas: abandono del arreglo personal, falta de sueño o dormir de forma excesiva, por ejemplo.
- Comentarios negativos contra sí mismos o el futuro.
- Expresar preocupaciones que no corresponden a su edad: dinero, salud o trabajo de los padres.
En el caso de los adolescentes que estudian secundaria y preparatoria, la mejor apuesta es la comunicación y no el miedo, apunta Cynthia Ivone Peña Patiño, especialista de la Escuela Preparatoria de la Universidad La Salle.
“Va a ser diferente cómo se adapte una persona que va con miedo ya de entrada, a una persona consciente de que hay un riesgo y por lo mismo hay que prepararse y ser muy responsables con la salud propia y la salud de los demás”, explica.
Peña sostiene que es más útil ayudar a identificar los factores que podrían colocar a un joven en riesgo directo de contagiarse, lo que desde su punto de vista será mucho más efectivo que llenarlo de prohibiciones y amenazas.
“Muchas veces el adolescente toma malas decisiones porque no se siente escuchado o acompañado”, comenta.
“Abrir el espacio de comunicación –sin ser invasivos– va a ser mucho mejor que ya de entrada poner los ‘no’. ‘No puedes salir, no puedes reunirte, no puedes hacer esto’ lo más probable es que no funcione. Más bien es hacerlos conscientes de lo que sí se puede: reunirse con un amigo o dos, pero ir a una fiesta ahora no es la mejor decisión”, detalla la especialista.
A nivel nacional, se estima que 25 millones de alumnos de preescolar a preparatoria podrían regresar a las aulas. (Fuente: politica.expansion.mx)