Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- En medio de un contexto en el que los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Yucatán y la Policía Municipal de Mérida han perdido confianza ciudadana por las denuncias relacionadas con tortura que tienen en su contra, una joven originaria de Quintana Roo denunció que fue víctima de golpes y maltratos por parte de policías durante un operativo realizado el pasado 17 de septiembre.

Durante la clausura de una fiesta de música electrónica que se realizaba en un local de Komchén, comisaría de Mérida, por presuntamente incumplir con las medidas sanitarias, elementos de la SSP detuvieron a cuatro personas, dentro de ellas a una joven que dio a conocer el maltrato al que fue sometida.

La joven de 27 años, quien dio a conocer su testimonio en entrevista de manera anónima mostró fotografías en donde hay evidencia del maltrato.

Describió que se trató de una fiesta con menos de 100 personas, realizada en un lugar amplio y en donde no estuvo permitida la venta de bebidas alcohólicas, pero que cada uno de los asistentes podía llevar lo que consumirían y ahí fue en donde se realizó el operativo por parte de la Secretaría de Salud, la SSP y el Ejército Mexicano.

“Mi novio y yo no llevamos vehículo, decidimos pagar transporte que nos llevaría a la fiesta, cuando nos dijeron que iban a clausurar la fiesta, nos dirigíamos para salir, pero la policía tenía la puerta cerrada, nos dijeron que iban a traer perros para que nos revisaran. Así que personas comenzaron a grabar y en ese momento los policías nos dijeron que no podíamos grabar, si te veían, te pedían que borraras el material”, describió.

Para salir, les indicaron que hombres y mujeres harían dos filas separadas y les advirtieron que no podrían sacar el alcohol que estaban consumiendo, por lo que procedieron a tirar el contenido.

“A mí me revisaron y no encontraron nada. Salí a esperar a mi novio muy cerca de la entrada porque era un espacio donde no había luz, sino sólo en el área del evento, alrededor sólo había monte, así que me quedé cerca, pero nos dijeron que nos quitáramos de la entrada, yo estaba grabando por partes, tratando que no me vieran. Mi novio no lograba salir y él estaba grabando todo porque se nos hacía muy raro el trato. En ese momento se dieron cuenta y cuando lo revisaron, supuestamente le encontraron una bolsita que tenía el número 101, nosotros no llevábamos drogas, sólo alcohol. Mi novio dijo: ¡eso no es mío! Y un policía dijo: ¡Ya la encontramos, es la 101! Y era una bolsita con dos cigarros adentro”, describió.

La joven narró que se acercó para ver de qué se trataba la detención de su novio y también para quedarse con sus pertenencias personales, pero se lo prohibieron y de paso, la arrestaron también.

“Cuando me dio su cartera y su celular, me agarraron y me detuvieron. Me sometieron, me pusieron las esposas, todos vieron cómo me tiraron. Eran tres mujeres policías y me dijeron: ya te habíamos visto que grababas y ahora nos diste el pretexto perfecto”, recordó.

Tras colocarle las esposas, la subieron a la patrulla y la llevaron a la entrada del pueblo, en medio de la nada, presuntamente para esperar la orden para que fuera trasladada a los separos.

“Yo lloraba y me decían que me callara. Pasó un auto y grité y tenían un arma, yo dije que metralleta porque no conozco de armas, pero era un arma larga y me apuntaron y me dijeron que me callara. Me preguntaron de dónde era, si tenía familia acá, me decían que era muy fácil tirarme en cualquier lugar y que nadie sabría qué me pasó. Me mostraban el tolete y se burlaban diciendo que si quién me lo iba a meter por la vagina. También me decían: tu novio está desaparecido y lo mismo te va a pasar a ti si intentas gritar”, recordó.

La joven calcula que fueron arrestados alrededor de las 10:30 de la noche del 17 de septiembre y a los separos llegó alrededor de las 2:00 de la mañana del 18 de septiembre, lo que significaría que todo ese lapso estuvo en la patrulla, cerca de un terreno baldío.

Además, comentó que la querían obligar a firmar un papel en el que decía que fue arrestada por alterar el orden público.

Tanto su novio, quien también fue golpeado por los elementos policiacos y ella, fueron puestos en libertad el sábado alrededor de las 11:00 del día.

Tras los hechos que vivieron, los jóvenes ya comenzaron un procedimiento legal en contra de los elementos policiacos, sobre todo por el trato inhumano que ejercieron sobre ellos.

Por parte del Gobierno del Estado, el día de ayer se lanzó un comunicado en el que se anunció que fue clausurada una fiesta debido a que no se cumplían con los protocolos y medidas sanitarias establecidas ante la pandemia del Coronavirus y que el propietario del lugar podría recibir una multa de hasta 180 mil pesos.

En el comunicado oficial dice lo siguiente:

En el sitio, personal del Gobierno estatal también corroboró que se vendían bebidas alcohólicas y drogas, por lo que agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) procedieron a la detención de cuatro personas, 2 de ellas por la comercialización de estos productos y los otros dos por la organización del evento. (Noticaribe)

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