Durante más de 60 años se dedicó al cuidado y mantenimiento de las máquinas del reloj que fue construido en 1910, para celebrar el centenario del inicio de la Independencia de Mexico.

“Totochito” fue homenajeado en vida en varias ocasiones. A pesar de su avanzada edad, continuaba recorriendo el parque Benito Juárez que le quedaba a unos metros de su hogar, acompañado de su bastón, su inseparable sombrero y sus lentes oscuros, siempre sonriente y amable con la gente, aun sin conocerlos.

Miguel Marrufo nació el 5 de julio de 1916. Es el quinto de 14 hermanos y actualmente solo sobrevive su hermana Guadalupe.

Estudio únicamente hasta el sexto grado de primaria en la escuela Benito Juárez. Desde los 13 años comenzó a trabajar en el municipio como meritorio (sin sueldo) con el delegado de gobierno de la época, Gabriel Cortines, quien tiempo después lo ascendió a jardinero y encargado del reloj público.

Si bien “Totochito” no fue la primera persona que cuidaba y daba mantenimiento al reloj público, aprendió de un inmigrante español, Alfredo González “Bolchevique”, quien le enseñó todo lo relacionado a las máquinas.

La torre del reloj siempre ha permanecido en el mismo lugar, manteniendo su estructura y fachada principal, pese a que el parque Benito Juárez ha recibido varias remodelaciones a lo largo de sus 111 años de historia.

Dicho dispositivo funcionaba con una maquinaria de engranes, sin embargo, la dificultad para conseguir las piezas de refacción y la modernidad hicieron que en la actualidad se dotará de una más moderna, que cada 15 minutos sonara la campana y cada hora se escuchara una melodía.

Fue en 1981, cuando era presidente municipal, Carlos Antonio González Fernández, que fue sustituida la maquinaria con cuatro carátulas nuevas; el original se exhibe en el Museo de Cozumel. (AGENCIA SIM)