JALISCO, MX.- El magistrado del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, José de Jesús Covarrubias Dueñas, está ilocalizable, por lo que se concedió una orden de aprehensión en su contra, luego de faltar al juzgado ubicado en Puente Grande, donde le informarían los cargos en su contra por abuso sexual infantil, corrupción de menores, amenazas y violencia intrafamiliar, y agentes de la Fiscalía del Estado no lo encontraron en su domicilio, publicó La Jornada.
El miércoles pasado, Covarrubias debió cumplir el citatorio que le envió la jueza de Control y Oralidad, Norma Angélica Lomelí Barajas, pero no acudió al tribunal con el pretexto de que tenía COVID-19, lo que la juzgadora desechó e insistió en la presencia del señalado, quien no se asistió.
Por lo anterior, la fiscalía solicitó una orden de comparecencia forzada, con la que la noche del mismo miércoles se le buscó sin éxito en los domicilios que proporcionaron sus abogados, por lo que el jueves, el Ministerio Público solicitó y obtuvo orden de aprehensión en su contra, pero hasta el viernes continuaba ilocalizable.
El nuevo fiscal estatal, Luis Joaquín Méndez Ruiz, dijo que no hay indicios de que Covarrubias hubiera salido del país, pero de cualquier manera se solicitó también la “ficha roja”, para que se emita un aviso internacional por medio de la Interpol.
El magistrado fue acusado por los padres de una menor de 15 años, quienes con videos, en los que se ve el acoso, lo denunciaron por abusar sexualmente de ella en la casa de unos amigos del magistrado, a donde éste acudió invitado por la tía de la niña.
Fernando Figueroa Gómez, padre de la menor, señaló que no se percataron del abuso hasta que revisaron las cámaras de seguridad en el interior de la casa, pero que ante el poder político y judicial evidente del magistrado no se atrevieron a denunciar hasta finales del año pasado.
Covarrubias también está acusado por su ex pareja sentimental, con quien procreó dos hijos, de amenazas y violencia intrafamiliar, cargos por los que también tiene que responder. (Fuente: La Jornada)