Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.- Las ciudades que se generen y el turismo que arribe a la Península de Yucatán a partir del establecimiento de la ruta del Tren Maya, sí impactará a los ecosistemas, indicó la investigadora Mónica Chávez Guzmán, de la Universidad Autónoma de Yucatán y de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi.
La investigadora impartió la conferencia “De agua sagrada y limpia al manto acuífero yucateco” y expuso que es importante señalar que el crecimiento acelerado en la zona de la península de Yucatán trae diversas consecuencias, entre las cuales se identifica la contaminación del agua.
En relación al tema del Tren Maya explicó que una parte del mayor impacto a ecosistemas y que poco se ha hablado, es que a lo largo del trayecto se construirán ciudades que sin duda propiciarán el crecimiento poblacional y por ende, la generación de más residuos, por ejemplo.
También, con el arribo de un turismo de escala mundial habrá diversas afectaciones y la contaminación del suelo es una de las que se contempla.
“Con la enorme cantidad de turismo que se piensa trasladar sí puede haber afectación, por ejemplo, los deshechos van a impactar sin duda. También, lo que se utiliza para la limpieza afectará. Como todo tiene que estar impecable, utilizan una gran cantidad de químicos para limpiar”, comentó.
Añadió que estos químicos matan tanto la flora y fauna natural que habita en el manto freático y además, posteriormente estas sustancias se van al mar y afecta a la fauna de este ecosistema.
De igual forma, al llegar al océano, los arrecifes se ven afectados y este es un importante elemento que permite el desarrollo de la vida marina.
La especialista explicó que en la Península de Yucatán no hay ríos superficiales sino todo está en un acuífero subterráneo, incluso hay zonas en las que esto es visible y en otras, el agua está a una profundidad de más de 100 metros.
Recordó que el agua para los antiguos mayas siempre fue un elemento sagrado, pero actualmente cada vez son más las personas que se registran en zonas poblacionales y esto genera también más basura que suelta lixiviados, mismos que con el contacto de lluvia, se derraman cuando no están depositados en basureros municipales o estatales.
“Hemos visto basureros en las carreteras y en las calles y tenemos que participar en la recolección de nuestros deshechos”, añadió.
Algunas de las recomendaciones que emitió la especialista es que no hay que usar más del agua que necesitamos, no dejar las llaves abiertas, usar sistemas ahorradores, separar los residuos orgánicos de los inorgánicos y reciclar.
Recordó que en casos de pilas y electrodomésticos lo preciso es que se depositen en puntos verdes, donde después se les dará una disposición final idónea.
Para la limpieza de espacios, en lugar de utilizar cloro y ácido muriático, usar entonces productos biodegradables o hacer una mezcla entre limón, bicarbonato y vinagre, por ejemplo.
No descartó la posibilidad de que las personas recolecten agua de lluvia como los antiguos mayas. (Noticaribe)