Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- El parque Santa Lucía es uno de los recientemente restaurados en el Centro Histórico de Mérida, por lo que ahora hay líneas de restaurantes que una parte de la ciudadanía califica como ‘clasistas’, pues los precios que manejan en sus menús son altos y en algunos casos, prohíben el acceso a vendedores ambulantes aunque sea en espacios al aire libre.

 

A pesar de que este espacio existe desde 1542, actualmente es uno de los atractivos turísticos de la zona, ya que las casonas que hay fueron adaptadas por las cadenas de restaurantes.

Sin embargo, recientemente fue exhibido un letrero en el que es posible ver que se restringe el paso a vendedores ambulantes, situación que ha desatado una polémica porque los ciudadanos indican que poco a poco los restaurantes privatizan la zona del parque que antes era pública y de libre acceso.

 

Incluso en redes sociales hay usuarios que indican que poco a poco se convierte en una zona ‘clasista’ y que dejan fuera a quienes habitan en Mérida y se enfocan sólo en atender al turismo de alto poder adquisitivo.

 

Mientras tanto, hay otras personas que agradecen que este parque tenga vida, ya que antes de las remodelaciones estaba sucio, vacío y en abandono.

Hay que mencionar que el letrero que se difunde en redes sociales restringe el paso de vendedores ambulantes a los sitios de restaurantes en sí y hay quienes aseguran que está bien, pues es incómodo para toda persona que se acerquen cuando están comiendo, pero fuera de eso, el parque continúa siendo público.

 

Al respecto, Eduardo Monreal, integrante del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida, explicó que la polémica existe porque en sí en las zonas al aire libre en donde los restaurantes colocan sus mesas y sillas, pero que forman parte de la plaza del parque, no debería restringirse el paso a nadie.

 

 

“Hasta donde sabemos, los establecimientos comerciales se someten a un proceso de evaluación para obtener sus licencias de uso de suelo y por ejemplo, tienen prohibido usar la vía pública y espacios que dificulten el libre tránsito de los peatones y queda prohibido usar el espacio público para aumentar el espacio utilizable”, explicó.

 

Expuso que la inconformidad nace porque en este caso la parte particular, como los restaurantes, están estableciendo una reglamentación que no aplicaría en vía o espacio público.

 

“Estas restricciones por ejemplo resultan válidas en los arcos porque es propiedad privada, pero fuera del límite de propiedad privada, eso ya no les compete porque el único que puede establecer condiciones sobre el uso del espacio y restricciones sobre ambulantaje es el municipio y ningún establecimiento particular puede tomarse estas atribuciones”, añadió.

 

El especialista comentó que este acto recaería en un abuso en el uso del espacio y en una especie de apropiación y privatización, además que desafortunadamente no es la primera vez que en Mérida se presentan este tipo de situaciones que generan inconformidad entre la población.

 

 

Sin embargo, el Ayuntamiento de Mérida es la autoridad que debe explicar cuál es la situación que se presenta en la zona y sobre todo si los restaurantes cuentan con algún permiso para realizar este tipo de restricciones. (Noticaribe)

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