Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.-San Crisanto es una de las comunidad de Yucatán con reconocimientos internacionales por la captura de carbono azul que hace en sus 690 hectáreas de manglares, lo cual reduce los efectos del Cambio Climático.
La Fundación San Crisanto ha dado a conocer que anteriormente, en 2010, recibieron el reconocimiento por parte del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas por ser una comunidad indígena que trabaja de manera directa con la naturaleza, en este caso con los manglares.
A este reconocimiento se suma uno más reciente que le otorgó la empresa Ruby Canyon Environmental Inc, lo cual le da la garantía de ser el primer proyecto certificado en trabajar en manglares y captura de carbono, de acuerdo con las normatividades que indica la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Así, el representada de la Fundación San Crisanto, José Inés Loria Palma, explicó que los habitantes de la comunidad de San Crisanto trabajan siguiendo los lineamientos del Protocolo Forestal para México de Cimate Action Reserve(CAR), los cuales se enfocan en la acreditación de actividades que aumentan los acervos de carbono en los árboles y en este caso en el manglar.
El Ejido San Crisanto, cuenta con 850 hectáreas de bosque de manglar, de los cuales se registraron como área de almacenamiento 690 hectáreas, mismas que está irrigado por cenotes superficiales y el régimen de lluvias dominante en la región.
Este proyecto de secuestro de carbono en la zona se trabaja desde 1980, pues en sí los habitantes han trabajado directamente en armonía con el manglar, ya que de ahí parten actividades de pesca, plantación de coco, producción de sal y últimamente turismo sustentable.
Para 1995 comenzaron a trabajar en la restauración hidrológica para mantener con vida los manglares y a partir de 2002 comenzó un monitoreo de población de cocodrilos también para medir la salud del ecosistema.
En 2009 se lanzó el “Plan Estratégico para el Periodo entre 2009-2029”, el cual plantea trabajar directamente con el manglar, pero de forma sustentable, por lo que sus habitantes se comprometieron más.
Para la captura del carbono en esta zona, trabajan directamente con investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) y como consultora del proyecto también ha colaborado Mónica Pech Cárdenas, quien contribuye al monitoreo de la salud del manglar.
El secuestro de carbono en sí, consiste en la captura que hace esta vegetación de los gases que hay en la atmósfera y así evita que se genere el Efecto Invernadero.(Noticaribe)