Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- En un proyecto de colaboración con National Geographic, integrantes de Kalanbio A.C. y Cenoteando-UNAM se han dado a la tarea de incentivar a quienes viven cerca de cenotes o les visitan para cuidar de ellos y no liberar especies que se convierten en invasoras, tales como aves, peces y hasta gatos.

Isaac Chacón, coordinador del proyecto que han nombrado como Biodiversidad en Cenotes, mencionó que trabajan en un proyecto piloto para la conservación de los mismos y las especies que habitan en ellos y con el apoyo de un financiamiento de National Geographic han reforzado la iniciativa en diversas comunidades de la Península de Yucatán, haciendo un mayor trabajo en territorio yucateco.

La campaña tiene la intención de que los habitantes aledaños a los cenotes conozcan más sobre la importancia de la biodiversidad en estos ecosistemas.

Actualmente de los 7 mil cenotes aproximadamente identificados en Yucatán, se ha podido monitorear un 5% aproximadamente, pero en estos ya ha sido posible registrar qué tipos de especies tanto de flora y fauna habitan.

Los habitantes de este porcentaje de cenotes monitoreados, tiene acceso a la plataforma llamada Naturalista y que se puede encontrar en este link: https://www.naturalista.mx/places/peninsula-de-yucatan y ahí agregan datos que ayudan a dar un seguimiento a los ejemplares.

Ahí se crea una base de datos en donde se hallan fotografías y sitios de localización de diversas especies, pero aquellas consideradas sensibles como venados, jaguares y otros que de igual forma deben ser protegidos con más énfasis, son ocultados ante el público para que se evite la caza ilegal.

“La plataforma ayuda al monitoreo de la fauna nativa y también la fauna exótica o la fauna invasora que representa un peligro para las especies que ahí habitan”, indicó.

Pamela Tapia, directora del Programa de Voluntariado y Participación Ciudadana, explicó que un ejemplo de una especie invasora son los gatos que fueron domésticos y ahora son ferales, además de aves y peces que han sido liberados.

“El gato doméstico llegó aquí por nosotros, por ejemplo lo teníamos de mascota, luego lo liberamos y ahora es un depredador porque no tiene tal cual un depredador que controle su población, entonces ataca la fauna nativa como aves, lagartijas y otros”, mencionó.

De igual manera, han averiguado la presencia de la carpa asiática en los cenotes, o sea, peces que no pertenecen a tal hábitat, pero que algunas personas piensan que por ser un cuerpo de agua es idóneo dejarles ahí.

Otra problemática que han identificado es que hay sitios en los que las personas se dedican a la actividad ganadera, pero a una distancia menor a 100 o 150 metros de donde está el cenote y esto ocasiona que el ganado bovino se alimente de la vegetación de la zona y resta sitio de hábitat para algunas especies, además que las heces fecales de las vacas van a dar a las aguas.

Para ello, trabajan directamente con los habitantes de los lugares para que sean conscientes de este tipo de acciones y de qué manera afectan al ecosistema y al mismo tiempo sean quienes incentiven a evitar el ‘ego turismo’, es decir, cuando las personas sólo llegan, se toman selfies y nadan sin tomarle la verdadera importancia al sitio donde se encuentran. (Noticaribe)

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