Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- En Yucatán, uno de los factores que orillan a las y los adolescentes a huir de casa es la violencia intrafamiliar, de acuerdo con especialistas.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), tiene un registro a nivel nacional en el que se especifica que cada día se reportan 14 niñas, niños y adolescentes como no localizados en el país y dentro de ese reporte hay quienes son de origen yucateco.

No obstante, aunque en Yucatán, el problema de trata de personas no ha alcanzado a la niñez como tal, Rebeca Terán Marín, directora de Reeducar México, enfatizó que en el estado, un factor que contribuye a este fenómeno es la violencia intrafamiliar.

“Se trata de un problema de salud pública que afecta a todas las personas, pero más a grupos vulnerables como niñas, niños y mujeres. Así que los adolescentes que escapan de sus casas, mucho tiene que ver con que su entorno, el que debería cuidarles, protegerles y amarles, no lo está cumpliendo”, comentó.

La especialista en temas relacionados con la infancia, explicó que cuando los menores de edad se salen de sus casas en Yucatán es porque sienten que su vida corre riesgo, es decir, tienen miedo sobre su propia integridad y sienten más peligro adentro que afuera.

Aunque Rebeca no minimiza la problemática de la infancia y la adolescencia que se reporta como desaparecida, sí indicó que en Yucatán este fenómeno podría tener una correlación con la violencia en los hogares.

“Algunas veces, con el hecho de irse de sus casas es a la vez una manera de protestar por no sentirse atendidos o escuchados, pero aunque fuera una protesta demuestra que no tienen la atención debida y en la mayoría de estos casos es también una asociación de negligencia y posible maltrato físico y emocional”, explicó.

En su mayoría, los adolescentes que salen de casa se quejan de que no los escuchen y aunque de distintas formas hicieron un llamado para que sus mamás o papás los atendieran, es hasta cuando los reportan como desaparecidos que se preocupan por ellos.

“Los adolescentes y los menores de edad no pueden acostumbrarse a la violencia, o sea sí sobreviven, pero el hecho de adaptarse tiene grandes afectaciones a sus cerebros y este no se desarrolla igual. Están biológicamente preparados para recibir buenos tratos y generar apego con personas de confianza”, añadió.

Otra problemática que se suma al hecho de que los adolescentes salgan de casa es que afuera, en las calles, corren riesgo de ser víctimas de diversos abusos, trata de personas, embarazo adolescente, explotación laboral y también podrían quedarse como personas en situación de calle.

Si un adolescente es reportado como desaparecido, es momento de que los papás y mamás se tomen muy en serio su llamado de atención, pues es un signo de alerta de que algo no está bien dentro de la dinámica familiar.

“Cuando incluso se hacen muchas prohibiciones en el hogar como el salir, tener novio y este tipo de situaciones que son propias de la etapa y si no les generamos esa oportunidad, algo en ellos les hará sentir que es injusto y aunque a las personas adultas les pareciera algo trivial, sí hay que tomar en serio sus necesidades”, apuntó.

La especialista indica que es importante llegar a acuerdos, dialogar, escuchar y mantener una comunicación sana.

“Los buenos tratos son el mejor camino. Hay que reconocer y recordar nuestra propia infancia, a veces creemos por ejemplo que pegarles o maltratarles está bien, pero olvidamos que cuando éramos niñas y niños no lo disfrutábamos. La violencia no es algo que eduque mejor, afecta el aprendizaje en sí”, añadió.

Una recomendación que hace Rebeca es que se generen políticas públicas para garantizar espacios seguros de la niñez, por ejemplo, si un menor se reporta como no localizado, lo importante es que al hallar su paradero, se aseguren de darle seguimiento a la situación familiar y el contexto porque de lo contrario, no se estaría solucionando el problema. (Noticaribe)

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