Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.- El modelo de acompañamiento a mujeres que deciden abortar que fue empleado y fortalecido en Argentina, ahora es replicado en Yucatán, en donde aquellas personas que desean interrumpir su embarazo, ahora pueden acudir a un grupo de acompañantes que les orientan tanto psicológica y emocionalmente, hasta en la práctica de la interrupción.
Rosa Cruz Pech es una activista feminista y directora de Uady sin Acoso, ella es una de las mujeres que forman parte de esta red en Yucatán y explicó que a nivel nacional existen varias que tomaron como ejemplo el modelo creado en el país sudamericano.
“Argentina es uno de los grandes ejemplos de las redes de acompañamiento, donde incluso surge el discurso de que no sólo se exige aborto legal, seguro y gratuito sino también aborto libre”, explicó.
La joven mencionó que en Yucatán ya es conocido que ella sea una de las mujeres que acompañan en un proceso de interrupción de embarazo y trabaja de la mano con una red de acompañamiento que se formó en Campeche.
“En Yucatán ya existe una red de mujeres que hacen acompañamiento y son mujeres que forman parte de diversas colectivas y otras que no pertenecemos a una agrupación como tal, pero sí formamos parte de la red de acompañamiento y así entre todas nos apoyamos y canalizamos a quienes necesitan ayuda”, compartió.
Sobre la forma en la que acompañan a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, detalló que el primer acercamiento que tienen con quienes así lo deciden consiste en una plática previa para respaldarlas y hacerlas conscientes de que lo que hacen es un acto de amor e incluso de responsabilidad.
“Les explicamos que la decisión que tomaron es parte de sus derechos humanos, sexuales y reproductivos y que el método que emplearemos es seguro”, añadió.
Rosa aseguró que en Yucatán hay mujeres que abortan todos los días, pero en esta red de acompañamiento se les da apoyo emocional y psicológico, sobre todo para que estén cien por ciento seguras de la decisión que tomaron, además consideran importante que sea así para que estén tranquilas cuando inicien su procedimiento.
Tras reforzar el marco emocional, les dan indicaciones del medicamento que tienen que adquirir y cómo tomarlo y durante el periodo que hace efecto, ellas le acompañan de manera presencial o a la distancia.
A Rosa le ha tocado atender casos de Yucatán y sus municipios, pero también de Chiapas, Tabasco y Guerrero, por ejemplo.
“Por eso mismo es que somos una red porque otras chicas nos recomiendan, pero se trata de contactos seguros, es decir no las mandamos con personas desconocidas”, precisó.
El seguimiento que les proporcionan dura por un mes y desde el inicio en el que hacen contacto, evalúan cuánto tiempo tienen de gestación y verifican si es viable interrumpir el embarazo.
El acompañamiento inicia desde que tienen la primera conversación, después durante el procedimiento que dura cerca de 12 horas y se les recomienda a los 15 días hacerse un ultrasonido.
Posteriormente, quienes acompañan están a la espera del primer periodo menstrual de las mujeres tras el aborto y siguen en contacto hasta que la persona en cuestión se sienta segura.
Para Rosa, el ser acompañante es un acto de amor hacia otras mujeres, pero reconoce que hay retos en el camino, por ejemplo, si una chica presenta riesgos en lo que se lleva a cabo el proceso, aun así, sean las 3:00 de la mañana, ella tiene que estar pendiente.
De 2017 a la fecha, ha acompañado a más de 200 mujeres a abortar y en diversos casos a ella le ha tocado gestionar el costo de los medicamentos o incluso brindar un espacio para que se realice.
“Es una gran responsabilidad porque a diferencia de los hospitales donde ya es legal la interrupción del embarazo, es más emotivo ser acompañante”, aseveró.
Rosa y las otras mujeres que realizan acompañamiento han tenido que capacitarse y actualmente ya hay agrupaciones que brindan talleres.
Algunos colectivos y organismos que proporcionan capacitaciones son “Reflexión y acción feminista”, “Aborto Libre”, “Sé la diferencia” y otras.
En el caso de Rosa, ella ha decidido que su perfil sea público para precisamente brindar confianza a quienes deseen interrumpir su embarazo, ya que su activismo también es conocido en Yucatán.
“No es lo mismo que les pase un correo y no sepan quién está detrás del correo, por eso yo decidí abiertamente a través de redes sociales decir que soy acompañante”, indicó.
En su experiencia, la mayor parte de las mujeres que deciden abortar, llegan asustadas y desesperadas, además que el primer argumento que presentan no es precisamente que quieren abortar porque es su derecho, sino porque en su mayoría son mujeres víctimas de violencia ya sea sexual, física, emocional, económica y otras, además que algunas ya tienen dos o tres hijos. (Noticaribe)