Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- La especie de Mero es una de las más importantes en la pesquería de la Península de Yucatán, sin embargo, desde 2018 se ha colocado en la categoría de ‘vulnerable’ dentro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por lo que actualmente hay científicos que trabajan en la recuperación de la especie mediante un proceso de reversión sexual que propicia la reproducción entre los ejemplares.

La científica Claudia Verónica Durruty Lagunes de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el Mero tiene una importancia económica a nivel mundial por su valor comercial, ya que tiene alto precio en el mercado por ser una especie cotizada.

Esto ha ocasionado que la especie no se haya salvado de la sobreexplotación de las pesquerías, ya que por ejemplo en Yucatán, el 80 por ciento de los pescadores sobreviven de esta especie.

La importancia de la especie a nivel ecológico es porque al habitar en partes rocosas y arenosas, genera nichos para otras especies y además, propicia el control para otras que pudieran causar algún desequilibrio.

La especialista explicó que el Mero vive a 25 o a 90 metros de profundidad y se ha identificado que es una especie hermafrodita secuencial, es decir, algunos organismos cambian de sexo en la edad adulta, dependiendo igual de sus condiciones de entorno.

La alerta para proteger a esta especie surge desde 2018 y para la investigadora el hecho de llegar a una categoría como ‘especie vulnerable’ sugiere la urgencia de tomar medidas importantes.

Actualmente existe un Comité Consultivo del Mero en el que están incluidas instituciones y organismos gubernamentales a nivel estatal y federal, quienes estudian qué estrategias implementar para conservar esta especie.

Dentro de algunas estrategias que se han propuesto, se ubica por ejemplo, el retiro de embarcaciones o incluso aumentar la veda a cuatro o cinco meses, de lo cual aún se estudia la viabilidad, ya que podría traer implicaciones sociales y económicas.

Sin embargo, hasta ahora se ha visto que la acuacultura podría ser una alternativa y para ello, se ha trabajado en la reproducción en laboratorio.

De esta manera, es posible trabajar en la reversión sexual, es decir, científicos trabajan en el uso de hormonas sexuales en hembras maduras o inmaduras que son revertidas a machos, lo cual permite obtener semen en laboratorio para producir crías mediante fertilizaciones naturales.

Con esta acción se busca precisamente que haya ejemplares con las condiciones idóneas para que exista reproducción y así conservar la especie. (Noticaribe)

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