Por Itzel Chan
MÉRIDA, MX.- Valeria es estudiante de la Preparatoria 2 de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y denunció haber sufrido agresión sexual dentro de las instalaciones, por lo que solicitó apoyo a las autoridades académicas y hasta el momento, no recibe más que revictimización.
A Valeria la acompañan en el proceso su mamá y papá, quienes han sido testigos de la revictimización por parte de la institución al momento de supuestamente darle seguimiento al caso.
Incluso aseguran que son más de 30 días en los que han sido sometidos a un proceso que ha resultado desgastante energéticamente, pues también lo han sentido como intimidatorio por parte de la institución para que desistan de exponer el caso.
La joven solicita que la UADY deje de encubrir agresores como lo ha hecho ya en otros casos.
De igual forma, en medio de todo el proceso, expuso que el Protocolo para la Atención de la Violencia Sexual en la universidad no es tan efectivo como lo hacen creer.
La joven se identifica como buena estudiante, pues considera que siempre ha tratado de ser responsable con las tareas académicas y se ha conducido con respeto hacia sus compañeras y compañeros.
“Para mí esta era una institución confiable, una meta”, mencionó respecto a su sentir cuando iba a ingresar a la escuela.
Sin embargo, después de lo sucedido en las instalaciones, ella ahora menciona que ha tenido sucesos de ansiedad, trastornos del sueño, ataques de pánico, así como estrés y depresión por sentir que lucha contracorriente.
“Una debería sentirse segura, a salvo, concentrada en el estudio”, indicó como parte de lo que extraña en sí.
La UADY no ha fijado posicionamiento respecto a este caso a pesar de que tiene más de un mes de haberse cometido la agresión sexual.
Por lo contrario, Valeria asegura que ha vivido procesos intimidatorios en los que le hacen demasiadas preguntas para que ella se canse y no prosiga con hacer público su caso.
El agresor de la estudiante aún continúa en el plantel y tampoco ven señales de que sea posible que lo muevan de lugar.
José Manuel Quiñones, padre de la joven, mencionó que ha comprobado que la Universidad no cuenta con elementos para resolver este tipo de casos, además que han notado que el abogado de parte de la institución, forma parte al mismo tiempo de los abogados de la Arquidiócesis de Yucatán.
La activista Rosa Cruz Pech, presidenta de UADY sin Acoso, expuso que no es la primera vez que la universidad se ve envuelta en casos de este tipo y que sobre todo, se queden con brazos cruzados ante las denuncias de las jóvenes. (Noticaribe)