CIUDAD DE MÉXICO, MX.- Los sanguinarios Zetas, hoy conocidos como el Cártel del Noreste, están sin cabeza, y las autoridades estadunidenses están a un par de extradiciones para lograr que sus liderazgos comiencen a rendir cuentas por sus actividades criminales, publicó Milenio.
En 2022, dos importantes miembros de lo que quedaba del cártel fueron puestos en manos de las autoridades estadunidenses.
Los máximos líderes Zetas, los sanguinarios hermanos Treviño Morales, Miguel Ángel y Omar, dos de seis miembros del clan, han logrado evitar ser entregados en manos de autoridades estadunidenses.
El 15 de julio de 2013 fue detenido por marinos Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, máximo líder de los Zetas. La Marina había ejecutado una orden de aprehensión con fines de extradición, sin embargo, hasta el momento El Z-40 ha logrado evitar su traslado hacia Estados Unidos, donde lo solicitan por tráfico de drogas y lavado de dinero.
A inicios de marzo de 2015, el último de los liderazgos de los Treviño Morales cayó. Sin un sólo disparo, Alejandro Omar, El Z-42, fue detenido en una lujosa propiedad en San Pedro Garza García, en Nuevo León. Hoy, junto a su hermano, mantiene una batalla legal para evitar cruzar esposados la frontera norte de México.
Fue a partir de la ruptura entre Los Zetas y el Cártel del Golfo, en 2010, que comenzó la debacle del que eventualmente se convirtió en el Cártel del Noreste, y en 2022, Estados Unidos logró que se les entregaran dos importantes piezas del caso que mantienen en contra de la organización.
El 13 de marzo de 2022, Juan Gerardo Treviño Chávez, El Huevo, fue detenido en Nuevo Laredo, Tamaulipas, por agentes de la Fiscalía General de la República, del Ejército, la Guardia Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia, junto a Jorge Ezequiel Gutiérrez Pimentel, El Borrado, líder de la Tropa del Infierno, brazo armado del Cártel del Noreste.
Dos días después, El Huevo, ciudadano estadunidense y presuntamente sobrino del Z-40, fue entregado al servicio de Marshalls de EU y al FBI, que lo acusan de narcotráfico y lavado de dinero. Tras declararse no culpable, su juicio se prevé que pudiera comenzar a inicios de 2023.
Después, el 21 de octubre del mismo año, el gobierno de Estados Unidos anunció que México le había entregado en extradición a Jaime González Durán, conocido como El Hummer, fundador y jefe de plaza de Los Zetas en Miguel Alemán y Reynosa, Tamaulipas, detenido desde noviembre de 2008 por agentes de la Policía Federal Preventiva en Reynosa, Tamaulipas. En Estados Unidos se le acusa de haber traficado toneladas de cocaína y mariguana desde México, Colombia, Guatemala y Panamá.
Sin embargo para entonces, Los Zetas o el Cártel del Noreste ya estaban debilitados.
El 5 de noviembre de 2010, en una refriega contra la Marina, fue abatido Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, tras medio año de seguimiento. Seiscientos sesenta marinos lograron enfrentarse durante tres horas a los escoltas de Tony Tormenta, Los Escorpiones. Ese año, la alianza de Los Zetas con el Cártel del Golfo se rompió, y los primeros comenzaron a operar por su cuenta y a apoderarse de las plazas en Tamaulipas.
El 7 de octubre de 2012 marinos abatieron durante un enfrentamiento a otro de los máximos líderes y fundador de Los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca. Una denuncia ciudadana acerca de hombres armados en Progreso, Coahuila, alertó a los marinos de la presencia de El Lazca junto a otros sicarios, por lo que los elementos navales lograron ubicarlo y finalmente asesinarlo.
Con la llegada del año dos mil apareció en la escena criminal mexicana un nuevo actor. El Cártel del Golfo formó una organización paralela que le funcionó como brazo armado. Diversos miembros de grupos de élite de las fuerzas armadas mexicanas desertaron, seducidos por el crimen organizado y fundaron a Los Zetas. Se encargaban de supervisar y proteger las operaciones de sus jefes de tráfico de mariguana y cocaína, desde Nuevo Laredo, Tamaulipas, hacia Laredo, Texas.
Les caracterizaba la violencia y la crueldad con la que se deshacían de sus rivales y de quienes no cooperaban con ellos. Secuestraban, torturaban, mataban y disolvían en ácido a sus víctimas. Autoridades estadunidenses descubrieron que incluso contrataban a menores de edad para llevar a cabo ejecuciones. Hoy, a más de 20 años de su fundación, las autoridades del otro lado del Río Bravo esperan a los dos hermanos Treviño Morales para completar el caso en contra de Los Zetas. (Fuente: Milenio)