Por Itzel Chan

MÉRIDA, MX.- La llegada masiva de turismo a zonas de Valladolid e Izamal, entre otros sitios de la Península de Yucatán, ha ocasionado el desplazamiento de pueblos originarios debido a que la vida se vuelve ‘incosteable’.

 

Claudia Mondragón, especialista en Urbanismo en el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU-Habitat, explicó que este fenómeno comienza a verse con mayor énfasis en la Península de Yucatán, debido a la promoción que los estados tienen a nivel nacional e internacional.

A pesar de que la especulación inmobiliaria no está definido como un problema en ‘blanco y negro’, la especialista considera que tiene muchos matices que deben ser observados, ya que esto implica el respeto a las tierras, bienestar de los pueblos originarios, garantizar la seguridad alimentaria, la soberanía de las personas indígenas, el buen manejo de los recursos naturales y no invasión de las Áreas Naturales Protegidas (ANP).

Al no contemplar todas aristas dentro de una promoción turística de un sitio, se corre mucho riesgo de generar otras problemáticas sociales.

“A nivel nacional vemos que Mérida es un caso importante en cuanto a turismo, pero hay otros lugares como Valladolid e Izamal en donde la especulación inmobiliaria y la turistificación es muy fuerte, lo cual incrementa el costo del suelo, de vivienda, de renta y hace que se propicie también el tema de gentrificación”, explicó.

Claudia resaltó que otros lugares que están en esta situación son Tulum y Bacalar, en Quintana Roo, en donde los costos de los servicios igualmente han incrementado.

“Se trata de incrementos no solo del suelo sino también de servicios y otros asuntos urbanos. Se ha notado el desplazamiento de poblaciones originarias hacia otros sitios porque en las zonas céntricas que antes vivían se vuelven insostenibles los pagos hasta en las tiendas de la esquina”, explicó.

A manera de ejemplo, mencionó también que espacios comunes como un café, igual cambian su concepto a ‘gourmet’ y esto incrementa los costos de los servicios.

“Estas situaciones provocan que los estilos de vida en las zonas vayan cambiando y también hay repercusiones sociales”, enfatizó.

Otro de los registros que tienen es que por ejemplo, estudiantes que se trasladan a estos asentamientos ya no pueden pagar una renta porque muchas incluso se costean en dólares.

“Nos llama la atención porque no estamos hablando de un tema central sólo de Mérida o de Cancún, sino esta situación se extiende a otros puntos y también a la franja costera donde ya se identifica una presión urbanística muy fuerte”, mencionó.

Ante esta situación, han considerado urgente la necesidad de que Yucatán actualice su marco normativo vinculado a asentamientos humanos y desarrollos urbanos, justo para evitar que estas problemáticas se acentúen. (Noticaribe)

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