CIUDAD DE MÉXICO, MX.- A través de recuerdos íntimos, como si se tratase de una memoria familiar, Dámaso López Serrano, El Mini Lic, sostiene en entrevista con Proceso que desde la cúpula de su organización, el Cártel de Sinaloa, se ha apoyado a presidentes de la República y cómo el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México mantuvo una precisa división entre dos de los narcotraficantes más poderosos de aquellos tiempos.
Dámaso recuerda una reunión en su pueblo, El Dorado, entre Ismael El Mayo Zambada, Joaquín El Chapo Guzmán y su padre, Dámaso López Núñez, El Lic o El Licenciado. En la reunión, cuenta El Mini Lic, se estaba pactando un pago para Genaro García Luna, quien entre el 2006 y el 2012, durante el sexenio de Felipe Calderón, fue secretario de Seguridad Pública, puesto desde el cual, según la acusación de la Justicia estadunidense, operó en favor del narcotráfico y por lo cual años más tarde fue juzgado en ese país. Historia de otro costal.
“Estaban viendo cómo reunir diez millones de dólares para entregárselos a García Luna a cambio primero de protección y de acabar con los rivales. Y al que enviaron, particularmente (Arturo) Beltrán Leyva, fue a mi papá, a él ‘se lo sentaron’, como decimos nosotros”.
—Hago una breve observación: diez millones de dólares es mucho dinero para cualquiera.
Dámaso asiente: “Es mucho dinero para todos, pero en esa reunión se pensaba así: si te decomisan un cargamento en la Ciudad de México eso te va a costar unos ocho millones de dólares por una tonelada. Entonces si pagas diez millones y te asegura que vas a pasar mil toneladas por ahí sin problema, entonces creo que diez millones es un regalo”.
Cuenta cómo entre varios, incluyendo su padre, pusieron un millón cada uno para reunir los diez, pero ese era un pago parcial. El acuerdo era que Arturo Beltrán Leyva pusiera otros diez él solo, pues a decir de Dámaso el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México estaba dividido: una parte era de Beltrán Leyva y la otra de Jesús Reynaldo El Rey Zambada, hermano menor de El Mayo.
Para 2012 Dámaso ya tenía más rango y voz con más peso dentro del Cártel de Sinaloa. Recuerda que en ese año hubo un “apoyo grande” a la campaña para presidente. Pero no de todos.
“No sabría decirte la verdad de cómo vino la orden de apoyar a Peña Nieto, a nosotros nos las bajó El Mayo y El Chapo. Y para empezar todos los terrenos que controlábamos nosotros y la gente que trabajaba con nosotros, se dio la orden de votar por esa persona. Ellos y sus familiares y vecinos y amigos y a los amigos que tuvieran en otros pueblos o estados.
“Entre pueblo y pueblo agarras varios miles de votos, ponle que un pueblito tenga 3 mil, otro 5 mil y así te vas agarrando y ya juntas unos cuantos millones.
Luego esto es lo que hacíamos: ordenábamos que alguien se parara afuera de una casilla con un costal de puros billetes de 500 pesos y entregara mil pesos a cada persona que enseñara que votó por el que le dijimos. Y así en cada casilla. Además, patrocinamos mítines, mantas, etcétera.
“Pero una cosa: los hijos de El Chapo no apoyaron a Peña Nieto. No te puedo decir a quien apoyaron…”
—Y hoy ¿hay candidato para estas elecciones?
“Ahorita Los Chapitos ya tienen su maquinaria bien aceitada. Ya hay un candidato al que se está apoyando. Pero eso mejor después, ahorita no creo que pueda hablar de eso”.
—También hay un personaje que quiere presidir hoy la Ciudad de México y que fue quien arrestó a tu padre en 2017—, se le comenta a Dámaso en referencia a Omar García Harfuch, quien entonces dirigía la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y hoy aspira a ser candidato de Morena a jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
“Yo no tengo nada en contra de eso. Él estaba haciendo su trabajo y nosotros el nuestro: escondernos. Lo que sí sé es que él hizo un acuerdo con las personas que pusieron a mi papá. Porque claro que el trabajo no fue de inteligencia ni mucho menos. Ese era el plan capturar mi papá y matarme a mí”.
“Que vengan y lo nieguen, están en todo su derecho. Él sabe con quién hizo acuerdos”… (Fuente: Proceso)